Let's pretend I really care ··· IS

❝ Let's pretend I really care

Sala Común de Hufflepuff · Por la tarde-noche · Ian Sabbagh

Charlene tenía difícil en panorama, en primer lugar porque las clases jamás habían sido su fuerte y en segundo lugar porque acaba de enterarse que necesitaba acreditar un mínimo de asignaturas para obtener su diploma y así ser fichada para un equipo profesional de quidditch. La idea de no poder cumplir su sueño por sus terribles notas le quitaba el sueño, era momento de hacer algo al respecto y el plan era simple: comenzar a estudiar.

La chica había investigado quiénes podrían ser algunos de sus tutores, que la orientaran y ayudaran con los múltiples problemas que presentaba algunas de las asignaturas más importantes. Entre su búsqueda puso especial énfasis en una característica: que no fueran jugadores de quidditch. Entre más alejada se encontrara de personas que sabían del juego, mejor sería para ella, tendría que contener la lengua o morir por algún mal comentario dado por la otra persona. Que no supieran nada o que supieran el mínimo, ese era su requisito. Aunque que ella no supiera si sabían algo del deporte mágico también podría funcionar.

Al final había terminado contactando a un chico de su casa, un poco más grande que él y que no recordaba hubiera mostrado algún interés en la selección de su casa. charlene era una especie de imán para ese tipo de intereses y ella era la primera que reclutaba para miembros del equipo.

Bajó a la sala común de su casa cinco minutos antes de la hora acordada, llevaba todos los libros necesarios para comenzar con la peor de todas: pociones. -Vamos, tú puedes hacerlo, sólo es memorizar un montón de instrucciones al igual que una jugada-. Intentó animarse un poco mientras hojeaba el pesado libro que tenía frente a ella. Si iba a pasar con más de un Aceptable, iba a necesitar un milagro.

Despues de la cena llegue a la sala común apoyándome en el baston. Camine hasta la entrada de la sala común, dije la contraseña y el cuadro me dejo pasar cerrándose detrás de mi. Cuando cerre la puerta me acerque a una mesa donde estaba mi compañera que me había enviado una lechuza previamente para encontrarnos y ayudarla con los deberes. Todavia sigo caminando bastante mal despues del accidente. Lo único que lamento es no poder jugar quidditch. Me acerque a la mesa y me servi un poco de agua de la jarra que siempre está en la mesa. Bebi y deje el vaso en la mesa. – Buenas noches, aquí estoy perdón por la tardanza, pero tuve que cenar. – Respondi con una sonrisa amable.

Me sente en la silla a su lado mirando lo que estaba haciendo. Delante de ella estaba el libro de Pociones bastante grande y ella tratando de memorar algunas recetas e ingredientes. - ¿Qué tienes que hacer con Pociones? – Pregunte mirando el libro de Pociones y sus pergaminos. – Lo primero tendremos que leer lo que dicen los pergaminos. – Sonrei mirandola a los ojos. Es una chica muy guapa y con una mirada muy dulce. Cogi el pergamino mirando sus apuntes.

Despues de comer en el gran comedor, llegue a la sala común donde me estaba esperando la guardiana del equipo de quidditch de mi casa. Entre y cerre la puerta, me acerque sentándome en la silla. La mire con una sonrisa mirando sus pergaminos. – Pues comenzaremos por el amortentia que es el mas sencillo. ¿Qué sabes de el? – Pregunte esperando que Charlene me dijera sobre el amortentia para corregirla. Cuando acabo, comencé a decirle sobre ello. - «Un experto fabricante de pociones puede generar un poderoso enamoramiento, pero nadie ha conseguido todavía crear el único sentimiento verdaderamente indestructible, eterno e incondicional que merece ser llamado amor.» dijo Hector Dagworth-Granger. – Segui contándole ojeando sus pergaminos para recordar sobre la poción que mas me ha gustado.

- Amortentia es el Filtro de Amor más fuerte del mundo. Causa una poderosa obsesión en el bebedor. Tiene un brillo nacarado, su vapor asciende formando unas inconfundibles espirales y tiene un aroma diferente para cada uno que lo huela, recordándoles las cosas que más les atrae, incluso si esa persona no conoce la verdadera afición a dicho objeto. – Me servi un poco de agua de la jarra que se me había secado la garganta. – Horace Slughorn dijo que «Por supuesto, la Amortentia no crea amor. Es imposible crear o imitar el amor. Sólo produce un intenso encaprichamiento, una obsesión. Probablemente sea la poción más peligrosa y poderosa de todas las que hay en esta sala.» Los efectos de esta poción son descritos como prácticamente instantáneos. La persona que la bebe toma una apariencia bastante pálida y enfermiza, y se vuelve obsesionado con el objeto de su afecto, pudiendo volverse peligrosamente inestable hacia otras personas. La poción debe ser tomada continuamente si se quiere mantener el falso amor en el bebedor. Si no, los efectos se irán degradando hasta que se pase totalmente y la víctima retoma su personalidad. – Dije.

Bebi un poco de agua mirandola con una sonrisa. – Ahora dime ¿Cuáles son los ingredientes? – Pregunte esperando que ella me dijera para corregirla. Espere que tomara apuntes de lo que yo le dije para no ser necesario repetirle nuevamente aunque no me importaría si se les repitiera. Me gusta estudiar con ella. Sonrei mirandola a los ojos. – Si no entiendes algo dimelo que lo repito cuantas veces quieras – Sonrei mirandola a los ojos.