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.:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
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.:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
25 de Octubre | 21:25 horas | Mansión O'Connell | 5° C
Había observado sin verdadero interés el patronus que entró a su habitación esa noche, y su temple ni siquiera se inmutó ante la fatídica noticia que traía ese patronus enviado por el abogado de su hermano, casi se sintió tentado en echarse a su cama y dormir como había planeado después de ese arduo día de trabajo, pero había dado su palabra al respecto y eso para él era más importante que el cansancio que sentía en todo el cuerpo. Se levantó de mala gana, se colocó la gabardina y antes de que pudiera arrepentirse desapareció.
Cuando estuvo frente a lo que era la Mansión O'Connell, no pudo evitar que una perfecta ceja se enarcara ante la majestuosa edificación que se erguía frente a sus ojos, sabía que los O'Connell tenían dinero... pero nunca imagino que tuviera tanto, arrugó la nariz asqueado, pensando en su madre y en lo que tuvo que hacer para sobrevivir después de que su maldito padre la dejara a su suerte. Con esos pensamientos entró a la mansión, con una expresión aún más férrea que de costumbre. Su mirada recorrió el lugar sintiéndose aún más asqueado con cada segundo que pasaba, por lo que cuando uno de los sirvientes se acercó a él para guiarlo al lugar en donde velaban el cadáver de su hermano, Bastian apenas respondió con un gruñido aunque terminó siguiéndolo.
Nada más al entrar a la habitación en donde se velaba el cuerpo de su recién fallecido hermano su mirada se posó en el féretro de madera oscura al fondo de la habitación, más que sentir pesar o tristeza alguna se sentía un completo extraño en ese lugar. Había conocido a George O'Connell hijo unos meses atrás, y ni siquiera le había tomado aprecio... y parecía que tampoco nadie más, pensó recorriendo el lugar con la mirada y percatándose de que además del abogado y una mujer, que seguramente sería la arpía sobre la que su hermano tendía a despotricar, no habían más que dos personas mayores cerca del féretro. -Paul..-fue su escueto saludo al abogado que se acercó a él en ese momento, el hombre entrado en años y bastante robusto le tendió la mano, Bastian la observó con recelo antes de estrechársela de mala gana, mientras asentía con brusquedad ante el pésame que el abogado le dio haciéndolo sentirse aún más incomodo.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
La muerte de su marido no había sido un asunto traumático para ella, así como la muerte de su padre, no sentía remordimiento alguno por no haber compartido tiempo con él siquiera. Y con George era lo mismo, no le tembló el pulso cuando anunció su muerte. Organizar el velatorio era hasta algo divertido para ella, le gustaba organizar eventos, pero teniendo en cuenta quien era el cortejado, hubiera preferido gastar su tiempo en asuntos más importantes. Lo único que realmente la descolocó fue el momento que tuvo que anunciarle a su hijo aquella fatídica noticia, mal que le pese el niño adoraba a su padre. Su hijo con cuatro años ya entendía lo suficiente como para comprender que no lo volvería a ver. El llanto del niño la preocupó, nunca había soportado verlo llorar, a pesar de que reconociera los indicios de un berrinche, pero eso era diferente, e incluso su tía Henriette que la causaba de malcriarlo, también se mostró preocupada por el pequeño.
Había dejado a su hijo durmiendo en un sofá en la sala que estaba al lado de donde se velaba a su padre. Quería tenerlo cerca por cualquier cosa. Su mirada recorrió la sala con tedio, no le había sorprendido para nada que no se hubiese presentado mucha gente, el muy bastardo nunca se había dedicado a cosechar amistades y ella no se había molestado en anunciárselo a nadie. Había recurrido a Henriette solo porque le preocupaba su hijo, aunque odiara que se metiera en su educación, el pequeño siempre se había mostrado más abierto a aquella mujer que con los años parecía haberse vuelto más permisiva, o quizás era el hecho de que fuera un niño. Por lo demás no había querido avisar a nadie más, quería que fuera un trámite rápido, libre de fingidas condolencias. Su mirada se centró en el féretro por un momento, no reflejaba ningún tipo de emoción, ni siquiera el odio que sentía por aquel hombre que aún estando muerto se las había arreglado para joderle la existencia. El abogado le había hablado sobre un testamento que había sido redactado hacía unos meses, sin que ella tuviera idea del asunto. Se sintió estúpida y vencida en un juicio cuando le fue anunciado aquello. No olvidaría nunca la mueca de satisfacción mal disimulada en el rostro de Paul Sanderson, su peor rival en el Tribunal de Wizengamot. Hasta en eso se había dado el gusto el maldito perro de de su esposo.
Su marido había dejado toda su fortuna y posesiones a manos de un completo desconocido hasta que su hijo alcanzara la mayoría de edad, no quería pensar demasiado en eso, sentía que en cualquier momento un tic se instalaría en su mejilla evidenciando la furia y odio que se cocía dentro suyo. La presencia de otra persona en la sala hizo que desviara la mirada para fijarse en el colosal hombre que había precedido su mayordomo. Supo de inmediato quien era cuando se dirigió al abogado. Alzando la barbilla y alisó su vestido en un acto reflejo, y con seguridad cruzó la sala para conocer a aquel hombre que ahora era el dueño de su mansión hasta que su hijo creciera.
- Usted debe ser Bastian O'Connell -no era una pregunta, su mirada era directa a pesar de que el hombre le llevaba varios centímetros, y sin duda habría intimidado a muchas. Puede que en otra oportunidad ni siquiera se habría planteado acercarse a un hombre como aquel, pero el odio que sentía hacia aquel desconocido hacía que sus reservas quedaran en segundo plano.
Había dejado a su hijo durmiendo en un sofá en la sala que estaba al lado de donde se velaba a su padre. Quería tenerlo cerca por cualquier cosa. Su mirada recorrió la sala con tedio, no le había sorprendido para nada que no se hubiese presentado mucha gente, el muy bastardo nunca se había dedicado a cosechar amistades y ella no se había molestado en anunciárselo a nadie. Había recurrido a Henriette solo porque le preocupaba su hijo, aunque odiara que se metiera en su educación, el pequeño siempre se había mostrado más abierto a aquella mujer que con los años parecía haberse vuelto más permisiva, o quizás era el hecho de que fuera un niño. Por lo demás no había querido avisar a nadie más, quería que fuera un trámite rápido, libre de fingidas condolencias. Su mirada se centró en el féretro por un momento, no reflejaba ningún tipo de emoción, ni siquiera el odio que sentía por aquel hombre que aún estando muerto se las había arreglado para joderle la existencia. El abogado le había hablado sobre un testamento que había sido redactado hacía unos meses, sin que ella tuviera idea del asunto. Se sintió estúpida y vencida en un juicio cuando le fue anunciado aquello. No olvidaría nunca la mueca de satisfacción mal disimulada en el rostro de Paul Sanderson, su peor rival en el Tribunal de Wizengamot. Hasta en eso se había dado el gusto el maldito perro de de su esposo.
Su marido había dejado toda su fortuna y posesiones a manos de un completo desconocido hasta que su hijo alcanzara la mayoría de edad, no quería pensar demasiado en eso, sentía que en cualquier momento un tic se instalaría en su mejilla evidenciando la furia y odio que se cocía dentro suyo. La presencia de otra persona en la sala hizo que desviara la mirada para fijarse en el colosal hombre que había precedido su mayordomo. Supo de inmediato quien era cuando se dirigió al abogado. Alzando la barbilla y alisó su vestido en un acto reflejo, y con seguridad cruzó la sala para conocer a aquel hombre que ahora era el dueño de su mansión hasta que su hijo creciera.
- Usted debe ser Bastian O'Connell -no era una pregunta, su mirada era directa a pesar de que el hombre le llevaba varios centímetros, y sin duda habría intimidado a muchas. Puede que en otra oportunidad ni siquiera se habría planteado acercarse a un hombre como aquel, pero el odio que sentía hacia aquel desconocido hacía que sus reservas quedaran en segundo plano.
Última edición por Irene C. Vaiser el Jue Mayo 22, 2014 11:15 pm, editado 1 vez
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Una mueca de hastío se reflejó en su rostro cuando Paul Sanderson comenzó a hablarle de los tramites que debía realizar para apropiarse de la herencia-Hablaremos luego de esto..-gruñó mientras su dura mirada verde se posaba en el hombre que boqueó un par de veces antes de cerrar finalmente la boca y asentir con brusquedad, no había sido una petición, era más bien una orden que Paul terminó por acatar, se sentía incomodo hablando de la gran fortuna que había pasado a sus manos cuando el féretro de su hermano estaba en la misma habitación, aunque si era sincero no había callado a Sanderson por respeto a su supuesto luto, sino porque no tenía ganas de hablar de eso en ese momento.
Su mirada se posó en la mujer vestida de negro que cruzaba la sala con la barbilla en alto dirigiéndose hacia él. ¿Se callaría ella también si se lo ordenaba? Esperaba que sí, porque lo menos que quería era una confrontación. Su mirada brilló mientras bajaba a la de ella ante la forma en que le hablaba, sabía quien era a pesar de que nunca la había visto, George le había hablado de ella...-Irene Vaiser-fue su forma de responder su.. ¿saludo? mientras su mirada bajó examinándola de pies a cabeza sin importarle que fuera grosero, finalmente su mirada se trabó en la de ella.-¿Debo inclinarme para besar tus mejillas y darte el pésame?-preguntó con brusquedad, no había ironía en su tono, simplemente una pregunta que tenía como finalizar indagar que quería esa mujer de él en ese momento.-Digo.. después de todo eres la ... viuda-hizo una mueca mientras desviaba la mirada para posarla en el féretro, cruzó sus brazos y gruñó antes de volverla a ver.-Al menos vistes de negro, George decía que seguramente bailarías el día de su muerte..-no mentía, su hermano se lo había dicho un sin fin de veces para convencerlo de aceptar ser tutor de su hijo.
Su mirada se posó en la mujer vestida de negro que cruzaba la sala con la barbilla en alto dirigiéndose hacia él. ¿Se callaría ella también si se lo ordenaba? Esperaba que sí, porque lo menos que quería era una confrontación. Su mirada brilló mientras bajaba a la de ella ante la forma en que le hablaba, sabía quien era a pesar de que nunca la había visto, George le había hablado de ella...-Irene Vaiser-fue su forma de responder su.. ¿saludo? mientras su mirada bajó examinándola de pies a cabeza sin importarle que fuera grosero, finalmente su mirada se trabó en la de ella.-¿Debo inclinarme para besar tus mejillas y darte el pésame?-preguntó con brusquedad, no había ironía en su tono, simplemente una pregunta que tenía como finalizar indagar que quería esa mujer de él en ese momento.-Digo.. después de todo eres la ... viuda-hizo una mueca mientras desviaba la mirada para posarla en el féretro, cruzó sus brazos y gruñó antes de volverla a ver.-Al menos vistes de negro, George decía que seguramente bailarías el día de su muerte..-no mentía, su hermano se lo había dicho un sin fin de veces para convencerlo de aceptar ser tutor de su hijo.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Arqueó una ceja ante la mirada para nada discreta que el hombre le dedicó. Ante situaciones como aquellas siempre respondía de forma muy seductora, consciente de lo que su cuerpo dejaba ver. Pero nada podía importarle menos que lo que aquel hombre pensara de su figura, estaba más preocupada por contener sus emociones en un máscara de impasibilidad. Lo miró con seriedad, no respondiendo al tono sarcástico de aquel hombre-. No es necesario su pésame, señor, se muy bien por lo que está aquí, y no es para lamentar la muerte de mi marido -dijo, su mirada siguió la de él para posarse en el féretro donde descansaba el muy maldito. Esperaba que el velatorio pasara rápido, para poder hacerlo arder como tanto deseaba.
Inclinó el rostro sorprendida por la brutalidad de aquel hombre, había recibido críticas directas antes pero esas pretendían ser más sutiles, el hombre ni se molestaba en medir su lengua. La tos que disimulaba una risa del abogado, hizo que reaccionara finalmente. Pestañeó con pesadez mientras alzaba la mirada hacia él, sus labios rojo sangre se arquearon en una lenta sonrisa-. Muy propio de George, sin duda. Rescato de sus palabras que conoce bien a su hermano, es extraño sin embargo, que jamás se haya molestado en hablarnos de usted. -entornó la mirada y recorrió sus rasgos, el hombre daba una imagen de descuido y despreocupación que iban a tono con su forma de hablar. Ni siquiera parecía haberse arreglado para la ocasión, recorrió sus vestimentas con una fría mirada-. Tampoco se parece en nada a él.
Estaba más que molesta con todo aquello, el abogado había esperado hasta el velatorio para informarla del testamento, y el hombre se había presentado. Hubiese deseado que no lo hubiera hecho, quería gozar de la ventaja de haberlo investigado antes. Jamás nadie le había informado de la existencia de un hermano de George. Hasta donde ella sabía su esposo había sido hijo único, y ahora con su muerte parecía haberle nacido uno de la nada, suplantando su tarea de hacer su vida un infierno.
Inclinó el rostro sorprendida por la brutalidad de aquel hombre, había recibido críticas directas antes pero esas pretendían ser más sutiles, el hombre ni se molestaba en medir su lengua. La tos que disimulaba una risa del abogado, hizo que reaccionara finalmente. Pestañeó con pesadez mientras alzaba la mirada hacia él, sus labios rojo sangre se arquearon en una lenta sonrisa-. Muy propio de George, sin duda. Rescato de sus palabras que conoce bien a su hermano, es extraño sin embargo, que jamás se haya molestado en hablarnos de usted. -entornó la mirada y recorrió sus rasgos, el hombre daba una imagen de descuido y despreocupación que iban a tono con su forma de hablar. Ni siquiera parecía haberse arreglado para la ocasión, recorrió sus vestimentas con una fría mirada-. Tampoco se parece en nada a él.
Estaba más que molesta con todo aquello, el abogado había esperado hasta el velatorio para informarla del testamento, y el hombre se había presentado. Hubiese deseado que no lo hubiera hecho, quería gozar de la ventaja de haberlo investigado antes. Jamás nadie le había informado de la existencia de un hermano de George. Hasta donde ella sabía su esposo había sido hijo único, y ahora con su muerte parecía haberle nacido uno de la nada, suplantando su tarea de hacer su vida un infierno.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Su entrecejo se arrugó ante el comentario de la mujer, clavando su mirada en ella, sintiéndose algo molesto por la implicación de sus palabras-¿Entonces digame a que vine, señora?-preguntó de golpe, sus labios se unieron con fuerza formando una fina linea mientras sus ojos brillaban. Lamentaba la muerte de George, aunque no por la razón que debería, en realidad lo lamentaba por que tenía que encontrarse en esa situación que lo comprometía como tutor, gruñó una vez más apartando de nuevo la mirada de ella y centrándose de nuevo en el féretro.
La sorpresa en el rostro de la castaña no pasó desapercibido, tendía a ver continuamente esa expresión en el rostro de la mayoría de sus interlocutores, y era algo que realmente le tenía sin cuidado. Se giró para ver a Paul quien trataba de disimular su risa con un tos.-¿Dije algo divertido?-preguntó bruscamente, haciendo que hombre se pusiera lívido, Paul se apresuró a murmurar una disculpa y alejarse de ellos, se giró de nuevo hacia la viuda, la sonrisa que se dibujó en los labios de la mujer le hizo arquear una ceja algo curioso por su reacción. No le sorprendía que George no hubiera hablado de él nunca, lo conocía desde hace relativamente poco tiempo, y nunca se molestó en preguntarle a su hermano desde cuando sabía de su existencia. Se tensó imperceptiblemente por su comentario que obviaba la diferencia entre los hermanos, la mirada que le dirigió a Irene estaba cargada de recelo, escrutó su rostro entre debatiéndose la manera adecuada de contestarle. -Si lo que pretende es amedrentarme.. alegando que no tengo ningún parentesco con su difunto esposo, le informo que pierde su tiempo, señora..-contestó finalmente, no le gustaban los rodeos, no era tan paciente como para meterse en una lucha de indirectas con esa mujer.-Quizá George no habló de mí... pero él si dijo muchas cosas sobre usted... nada agradable, de hecho..
La sorpresa en el rostro de la castaña no pasó desapercibido, tendía a ver continuamente esa expresión en el rostro de la mayoría de sus interlocutores, y era algo que realmente le tenía sin cuidado. Se giró para ver a Paul quien trataba de disimular su risa con un tos.-¿Dije algo divertido?-preguntó bruscamente, haciendo que hombre se pusiera lívido, Paul se apresuró a murmurar una disculpa y alejarse de ellos, se giró de nuevo hacia la viuda, la sonrisa que se dibujó en los labios de la mujer le hizo arquear una ceja algo curioso por su reacción. No le sorprendía que George no hubiera hablado de él nunca, lo conocía desde hace relativamente poco tiempo, y nunca se molestó en preguntarle a su hermano desde cuando sabía de su existencia. Se tensó imperceptiblemente por su comentario que obviaba la diferencia entre los hermanos, la mirada que le dirigió a Irene estaba cargada de recelo, escrutó su rostro entre debatiéndose la manera adecuada de contestarle. -Si lo que pretende es amedrentarme.. alegando que no tengo ningún parentesco con su difunto esposo, le informo que pierde su tiempo, señora..-contestó finalmente, no le gustaban los rodeos, no era tan paciente como para meterse en una lucha de indirectas con esa mujer.-Quizá George no habló de mí... pero él si dijo muchas cosas sobre usted... nada agradable, de hecho..
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Arqueó una ceja ante la reacción del hombre y lo evaluó con la mirada, mientras él se fijaba en el cajón una vez más. Sus rasgos no mostraban ni un ápice de sufrimiento y aún si lo hiciera, difícilmente le hubiera creído. No muchas personas habían querido a George, al menos sólo una quedaba viva. Su esposo se había querido demasiado a sí mismo, aunque no muy bien, teniendo en cuenta como había acabado. Y George padre también había querido mucho a su consentido, que jamás le desobedecía una orden. La única persona viva que realmente sufría su muerte, dormía en la otra habitación-. Me disculpará si no le hago un tour por la mansión, que sin duda, ya debe considerar suya... No lo considero apropiado -señaló el féretro con un gesto de la cabeza.
Bajó la mirada y contuvo una sonrisa cuando el cobarde de Sanderson se retiró musitando una disculpa. Era era debilidad del hombre lo que hacía que fuera mucho mejor que él-. ¿Pierdo mi tiempo? -arqueó ambas cejas fingiendo sorpresa-. Teniendo en cuenta todo lo que parece que perdí -dirigió su mirada hacia el cajón y la mantuvo allí mientras continuaba-. el tiempo es lo de menos, ¿no cree? -pestañeó ocultando su diversión ante su comentario. Podía imaginar lo que George había dicho de ella, pero le tenía sin cuidado, no había nadie que pudiera conocerla menos que su difunto esposo.
- Me temo que eso no prueba nada. -sonrió levemente, moviendo su figura mientras centraba su mirada en él solamente-. George estaba dispuesto a decir muchas cosas de mí a quien se prestara a escucharlo. -lo miró entretenida-. El hecho aquí sigue siendo que George jamás se mostró dispuesto a mencionarlo siquiera, y continúo sin encontrar similitud alguna entre usted y mi marido. -buscó con la mirada a Sanderson-. La rata que se ha buscado como abogado tampoco es de mucha ayuda, no es imparcial... Necesito más que eso para creerle
Bajó la mirada y contuvo una sonrisa cuando el cobarde de Sanderson se retiró musitando una disculpa. Era era debilidad del hombre lo que hacía que fuera mucho mejor que él-. ¿Pierdo mi tiempo? -arqueó ambas cejas fingiendo sorpresa-. Teniendo en cuenta todo lo que parece que perdí -dirigió su mirada hacia el cajón y la mantuvo allí mientras continuaba-. el tiempo es lo de menos, ¿no cree? -pestañeó ocultando su diversión ante su comentario. Podía imaginar lo que George había dicho de ella, pero le tenía sin cuidado, no había nadie que pudiera conocerla menos que su difunto esposo.
- Me temo que eso no prueba nada. -sonrió levemente, moviendo su figura mientras centraba su mirada en él solamente-. George estaba dispuesto a decir muchas cosas de mí a quien se prestara a escucharlo. -lo miró entretenida-. El hecho aquí sigue siendo que George jamás se mostró dispuesto a mencionarlo siquiera, y continúo sin encontrar similitud alguna entre usted y mi marido. -buscó con la mirada a Sanderson-. La rata que se ha buscado como abogado tampoco es de mucha ayuda, no es imparcial... Necesito más que eso para creerle
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Su mirada brilló peligrosamente posándose en la mujer, por mero respeto al cuerpo de su hermano que descansaba en esa misma habitación se contuvo de insultarla como se merecía, sin embargo lejos de hacerlo, simplemente giró el rostro tratando de apaciguar la furia que comenzaba a bullir dentro de sí. -¿No lo considera apropiado? ¿La muerte de George le sirvió para volverse más decente, señora?-rugió sin poder contenerse, se giró ligeramente tratando de evitar que ella contemplara sus facciones endurecidas por el enfado, si se sinceraba consigo mismo estaba molesto por la situación en general no por la mujer que estaba a su lado, y que según su hermano era sumamente peligrosa.
Apenas la escuchó quejarse de lo que había perdido, y una sonrisa lobuna se dibujó en su rostro girándose nuevamente hacia ella.-Señora... si se mete conmigo.. le aseguro que puede perder mucho más...-su mirada brilló amenazante mientras se erguía ante ella mirándola con fijeza. No era un hombre caritativo, nunca pretendió serlo, había aceptado el apellido porque de cierta manera le confería ciertos beneficios, además que podría acceder a algo del dinero "familiar", pensaba que era hora de tener algo de ganancias por tener un padre que se podría en dinero, había sido práctico... George le ofreció dinero, él aceptó, nunca caían mal un par de galeones más. Lo que no esperaba era que el muy idiota se muriera tan pronto dejándole a cargo del mocoso, y con esa mujer sobre él cual buitre. Sabía que debía proporcionarles dinero de vez en cuando, y dejar algo de la fortuna a su "querido sobrino", pero el resto era suyo.. y no iba a permitir que esa mujer tocara algo de su fortuna.
-Sabe señora, no tengo porque darle explicaciones... creo que en el Ministerio podrá enterarse de todos los detalles cuando lean el testamento...-dijo llanamente. -Si no le satisface.. investígueme.. ¿tiene mi nombre, no? -preguntó burlón. -Bastian O'Connell, auror...-repasó el filo de sus dientes con la lengua posando su mirada en ella.-Lo demás.. seguro sus aves rapaces lo encontraran fácilmente..-no tenía nada que ocultar, aunque habían cosas de su pasado que prefería que no se enteraran, gruñó girándose de nuevo.
Apenas la escuchó quejarse de lo que había perdido, y una sonrisa lobuna se dibujó en su rostro girándose nuevamente hacia ella.-Señora... si se mete conmigo.. le aseguro que puede perder mucho más...-su mirada brilló amenazante mientras se erguía ante ella mirándola con fijeza. No era un hombre caritativo, nunca pretendió serlo, había aceptado el apellido porque de cierta manera le confería ciertos beneficios, además que podría acceder a algo del dinero "familiar", pensaba que era hora de tener algo de ganancias por tener un padre que se podría en dinero, había sido práctico... George le ofreció dinero, él aceptó, nunca caían mal un par de galeones más. Lo que no esperaba era que el muy idiota se muriera tan pronto dejándole a cargo del mocoso, y con esa mujer sobre él cual buitre. Sabía que debía proporcionarles dinero de vez en cuando, y dejar algo de la fortuna a su "querido sobrino", pero el resto era suyo.. y no iba a permitir que esa mujer tocara algo de su fortuna.
-Sabe señora, no tengo porque darle explicaciones... creo que en el Ministerio podrá enterarse de todos los detalles cuando lean el testamento...-dijo llanamente. -Si no le satisface.. investígueme.. ¿tiene mi nombre, no? -preguntó burlón. -Bastian O'Connell, auror...-repasó el filo de sus dientes con la lengua posando su mirada en ella.-Lo demás.. seguro sus aves rapaces lo encontraran fácilmente..-no tenía nada que ocultar, aunque habían cosas de su pasado que prefería que no se enteraran, gruñó girándose de nuevo.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Sonrió abiertamente ante la pulla del hombre, alzó ambas cejas sin mostrarse perturbada por su comentario, por el contrario inclinó el rostro dedicándole una mirada divertida-. No puedo creer que diga eso después de conocer a George -sonrió entretenida, aunque por dentro odiaba al hombre como supuso que él sabía, no era su intención mostrar la rabia que sentía por verlo en su mansión-. Siempre he sido más decente que él... -o al menos se había preocupado por preservar esa imagen, a contrario de su marido que no había tenido inconveniente de humillarla públicamente desfilando con sus amantes frente a ella. Hizo una mueca-. Ahora dudo más que nunca que lo haya conocido realmente -su sonrisa fue ácida, su mirada directa sin evidenciar el desprecio que sentía. Entornó la mirada cuando volteó levemente apartando su mirada de ella, posó su vista más allá de la figura del hombre y se centró en su tía que entraba a la habitación donde Allan dormía, sus labios se apretaron en una fina línea. Ir a ver que sucedía con su hijo implicaba abandonar esa conversación como una cobarde, y no quería esa imagen. Esperó para saber si su tía salía pronto, confirmando la sospecha de que solo había ido a comprobar al niño.
Sus ojos se encontraron nuevamente con los del hombre, Bastian. Se enderezó arqueando una ceja y sonriendo de lado ante la clara amenaza. Alzó la barbilla enfrentándolo, en su experiencia como abogada había pasado antes por aquella situación en la que un hombre presumiblemente más grande que ella intentaba intimidarla con su tamaño, pero no era una buena abogada por acobardarse ante cualquier insulto o advertencia. Sin embargo, la rabia que había contenido en un rincón dentro suyo durante el intercambio, se esparció dentro de ella envenenando su organismo con el odio que sentía por su cuñado, si es que era quien decía ser. ¿Cómo se atrevía a amenazarla en su propia casa? Rodeó su antebrazo con su mano y presionó con fuerza, escudándose de ese leve dolor para no soltar todo el veneno que tenía dentro. No toleraba las amenazas de nadie, mucho menos de ese troglodita aprovechador-. Sin embargo el que se mete donde no debe es usted. -entrecerró los ojos y respiró profundo mientras sonreía, aunque su mirada permanecía fría y directa sobre él-. No cuente con lo que cree que ya tiene, no descansaré hasta recuperarlo, y volverá a quedarse sin nada, señor -una mueca burlona se formó en su boca ante el título respetuoso que le profirió.
- ¿En verdad cree que un testamento me aplacará? -rió con ironía, mientras posaba su mirada nuevamente en la puerta donde se había perdido su tía momentos antes-. Un papel escrito a las apuradas y a mis espaldas no me dice nada, y usted no sabe con quién se está metiendo. -sonrió abiertamente posando una mirada perezosa sobre él-. Estoy segura que George no me hizo justicia del todo. -clavó sus uñas en su propio antebrazo, que aún presionaba firmemente y alzó la barbilla al ver como se apartaba prácticamente despachándola, en su propia casa. Suspiró al ver salir a su tía de la sala sin mostrarse preocupada. Su hijo debía estar bien si la hipocondríaca mujer se mantenía serena.
Sus ojos se encontraron nuevamente con los del hombre, Bastian. Se enderezó arqueando una ceja y sonriendo de lado ante la clara amenaza. Alzó la barbilla enfrentándolo, en su experiencia como abogada había pasado antes por aquella situación en la que un hombre presumiblemente más grande que ella intentaba intimidarla con su tamaño, pero no era una buena abogada por acobardarse ante cualquier insulto o advertencia. Sin embargo, la rabia que había contenido en un rincón dentro suyo durante el intercambio, se esparció dentro de ella envenenando su organismo con el odio que sentía por su cuñado, si es que era quien decía ser. ¿Cómo se atrevía a amenazarla en su propia casa? Rodeó su antebrazo con su mano y presionó con fuerza, escudándose de ese leve dolor para no soltar todo el veneno que tenía dentro. No toleraba las amenazas de nadie, mucho menos de ese troglodita aprovechador-. Sin embargo el que se mete donde no debe es usted. -entrecerró los ojos y respiró profundo mientras sonreía, aunque su mirada permanecía fría y directa sobre él-. No cuente con lo que cree que ya tiene, no descansaré hasta recuperarlo, y volverá a quedarse sin nada, señor -una mueca burlona se formó en su boca ante el título respetuoso que le profirió.
- ¿En verdad cree que un testamento me aplacará? -rió con ironía, mientras posaba su mirada nuevamente en la puerta donde se había perdido su tía momentos antes-. Un papel escrito a las apuradas y a mis espaldas no me dice nada, y usted no sabe con quién se está metiendo. -sonrió abiertamente posando una mirada perezosa sobre él-. Estoy segura que George no me hizo justicia del todo. -clavó sus uñas en su propio antebrazo, que aún presionaba firmemente y alzó la barbilla al ver como se apartaba prácticamente despachándola, en su propia casa. Suspiró al ver salir a su tía de la sala sin mostrarse preocupada. Su hijo debía estar bien si la hipocondríaca mujer se mantenía serena.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Enarcó una perfecta ceja mirándola totalmente incrédulo, la recorrió con la mirada de nuevo, en esa ocasión detalladamente y finalmente se encogió en hombros antes de girar su rostro. ¿Más decente que George? No llegó a conocer tan bien a su hermano, pero lo poco que sabía de él no era nada agradable, y él hecho de que en su funeral había tan poca gente no hablaba de que fuera realmente alguien digno de ser querido y recordado, sin embargo la mujer que tenía enfrente no se quedaba atrás, parecía igual o más desagradable que George.-Bueno señora, usted se casó con él.. seguramente no por el buen corazón de mi hermano, y eso no la deja bien parada al hablar de decencia... sino de que algo esta realmente mal en usted como para haberlo soportado tanto tiempo.. -dijo llanamente, no contenía nunca lo que pasaba por su mente, simplemente lo soltó sin vacilación alguna, en un tono bastante despreocupado y ni siquiera se dignó a dedicarle una mirada, no porque tuviera miedo, sino porque le restaba importancia al tema, el saber quien era más indecente de ellos le tenía sin cuidado.
Regresó su mirada a ella al tiempo que una mueca de hastío surcaba en su rostro ante la implicación de sus palabras.-Señora..-comenzó con cierto tono cansino.-Esta es mi casa... y el que esta en el féretro es mi hermano..-le recordó con dureza.-Así que la que está en un lugar que no debe es usted..-siseó mirándola con fijeza, y tuvo que contener una risa ante la patética amenaza de la mujer. ¿Creía que le tenía miedo? Nunca una mujer le había inspirado miedo y esa vez no sería la excepción.-Quíteme todo...-la retó sonriendo lentamente.-Pero si no logra hacerlo.. entonces la que debería temer es usted, no soy un hombre paciente..-gruñó.
Regresó su mirada a ella al tiempo que una mueca de hastío surcaba en su rostro ante la implicación de sus palabras.-Señora..-comenzó con cierto tono cansino.-Esta es mi casa... y el que esta en el féretro es mi hermano..-le recordó con dureza.-Así que la que está en un lugar que no debe es usted..-siseó mirándola con fijeza, y tuvo que contener una risa ante la patética amenaza de la mujer. ¿Creía que le tenía miedo? Nunca una mujer le había inspirado miedo y esa vez no sería la excepción.-Quíteme todo...-la retó sonriendo lentamente.-Pero si no logra hacerlo.. entonces la que debería temer es usted, no soy un hombre paciente..-gruñó.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Recibió el insulto sin dar muestras de sentirse insultada, pero su odio por el hombre aumentaba con cada palabra que soltaba. Nunca se había encontrado con alguien tan directo, aún así no respondió más que con una sonrisa-. Usted está aquí por un hermano que conoció... ¿cuando? -preguntó arqueando una ceja, estaba segura de que el contacto entre aquel hombre y su marido no había sido muy prolongado-... vino corriendo en busca de un dinero que heredar, su decencia también se pone en duda, señor. -lo miró significativamente, no solo el hecho de que estuviera allí ponía en duda aquello, todo su aspecto ayudaba para describirlo como cualquier cosa, pero sin duda nada decente. Sin embargo, no dijo más.
Su cuerpo se tensó al tiempo que apartaba la mirada, bajó la barbilla, mientras se presionaba el brazo dolorosamente, pellizcándose. Podía sentir su sangre bullir en respuesta al comentario del hombre que reclamaba su mansión como suya. Se creía capaz de saltar hacia él y hacerle el daño físico que pudiera, nunca había tenido pensamientos tan violentos, y por supuesto jamás le había costado tanto aplacarlos. Su mente parecía haberse despegado de ella, y había acribillado al hombre con los maleficios más terribles que conocía, aún así su postura se mantenía rígida frente a él. Forzó una sonrisa, y alzó la mirada-. Por el contrario, yo puedo ser muy paciente, señor -sonrió fijando su mirada con un destello de odio hacia él-, aún cuando crea que ganó, no esté tan seguro de ello.
Estaba tan concentrada en controlarse para no matar a Bastian O'Connell, que no fue consciente de la presencia de su hijo hasta que el pequeño se aferró a ella rodeando sus piernas. Su mirada bajó hasta él y su sonrisa cambió completamente, no había ni rastros de la frialdad que había mostrado a aquel hombre. Su pequeño jamás podía ver esa parte de ella. Acarició su cabello peinándolo, su mirada era adormilada y estaba algo desalineado por la siesta. Se inclinó para tomarlo en brazos. Optó por no volver a mirar al hombre, si lo hacía dudaba que pudiera controlarse lo suficiente para no ponerse en evidencia frente a su hijo-. Haz dormido por mucho tiempo -lo regañó con tono cariñoso, buscó con la mirada a su tía, que estaba a medio camino de ella, dispuesta a intervenir, la mirada de desconfianza que le echaba a Bastian lo decía todo. Negó con la cabeza, y dejó que el niño apoyara su mejilla en su hombro.
Su cuerpo se tensó al tiempo que apartaba la mirada, bajó la barbilla, mientras se presionaba el brazo dolorosamente, pellizcándose. Podía sentir su sangre bullir en respuesta al comentario del hombre que reclamaba su mansión como suya. Se creía capaz de saltar hacia él y hacerle el daño físico que pudiera, nunca había tenido pensamientos tan violentos, y por supuesto jamás le había costado tanto aplacarlos. Su mente parecía haberse despegado de ella, y había acribillado al hombre con los maleficios más terribles que conocía, aún así su postura se mantenía rígida frente a él. Forzó una sonrisa, y alzó la mirada-. Por el contrario, yo puedo ser muy paciente, señor -sonrió fijando su mirada con un destello de odio hacia él-, aún cuando crea que ganó, no esté tan seguro de ello.
Estaba tan concentrada en controlarse para no matar a Bastian O'Connell, que no fue consciente de la presencia de su hijo hasta que el pequeño se aferró a ella rodeando sus piernas. Su mirada bajó hasta él y su sonrisa cambió completamente, no había ni rastros de la frialdad que había mostrado a aquel hombre. Su pequeño jamás podía ver esa parte de ella. Acarició su cabello peinándolo, su mirada era adormilada y estaba algo desalineado por la siesta. Se inclinó para tomarlo en brazos. Optó por no volver a mirar al hombre, si lo hacía dudaba que pudiera controlarse lo suficiente para no ponerse en evidencia frente a su hijo-. Haz dormido por mucho tiempo -lo regañó con tono cariñoso, buscó con la mirada a su tía, que estaba a medio camino de ella, dispuesta a intervenir, la mirada de desconfianza que le echaba a Bastian lo decía todo. Negó con la cabeza, y dejó que el niño apoyara su mejilla en su hombro.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Una sonrisa lobuna apareció en sus labios mientras sus ojos brillaban de forma indescriptible al posarse en la mujer.-Nunca dije que fuera alguien decente...-le aclaró con dureza, hasta cierto punto su comentario le había producido una insana diversión, ¿Él decente? Era una palabra que se encontraba muy lejos de ser usada para describirlo, miró sus propias ropas y tuvo que cerrar con firmeza su boca para no reír recordando que estaba en un funeral.-Y nunca pretenderé serlo...-agregó con visible diversión, lejos de sentirse ofendido por la implicación de las palabras de su cuñada, le informaba que él nunca jugaba limpio, y en esa ocasión no sería la excepción.
Terminó por encogerse en hombres, restándole importancia a la amenaza de la mujer y girándose para mirar despreocupadamente el resto de la habitación, escuchar el tono cariñoso de la mujer a su espalda le hizo girarse visiblemente tenso, su mirada pasó del rostro de la mujer quien fungía en ese momento el papel de madre cariñosa y el crío que tenía en sus brazos. Una firme línea surcó en su entrecejo mientras miraba asqueado la escena por varios motivos, el primero y más importante: detestaba a los niños. Además que no podía creer lo engañosa que podría ser esa mujer, se cruzó de brazos mientras observaba la escena y retrocedía inconscientemente unos pasos alejándose del pequeño monstruo y de su "amorosa" madre. Su mirada analítica recorrió el rostro del mocoso y el de la mujer, el parecido era innegable, pero no había ni rastro de los rasgos de su hermano en el vástago. Sabía que debía acercarse a ellos, saludar a su ...sobrino, la simple palabra le asqueaba, pero nunca había sido cariñoso ni amigable, mucho menos con un niño. Se mantuvo alejado de la escena que se desarrollaba, y terminó gruñendo sabiendo que tarde o temprano tendría que hablar con el niño, después de todo ahora era su tutor. -Allan-lo llamó a modo de saludo, ni siquiera intentó no sonar hosco, era su naturaleza no podría hacerlo de otro modo.-Me llamo Bastian.. soy hermano de tu padre..-dio un paso tentativo hacia ellos, clavando su mirada en el niño.
Terminó por encogerse en hombres, restándole importancia a la amenaza de la mujer y girándose para mirar despreocupadamente el resto de la habitación, escuchar el tono cariñoso de la mujer a su espalda le hizo girarse visiblemente tenso, su mirada pasó del rostro de la mujer quien fungía en ese momento el papel de madre cariñosa y el crío que tenía en sus brazos. Una firme línea surcó en su entrecejo mientras miraba asqueado la escena por varios motivos, el primero y más importante: detestaba a los niños. Además que no podía creer lo engañosa que podría ser esa mujer, se cruzó de brazos mientras observaba la escena y retrocedía inconscientemente unos pasos alejándose del pequeño monstruo y de su "amorosa" madre. Su mirada analítica recorrió el rostro del mocoso y el de la mujer, el parecido era innegable, pero no había ni rastro de los rasgos de su hermano en el vástago. Sabía que debía acercarse a ellos, saludar a su ...sobrino, la simple palabra le asqueaba, pero nunca había sido cariñoso ni amigable, mucho menos con un niño. Se mantuvo alejado de la escena que se desarrollaba, y terminó gruñendo sabiendo que tarde o temprano tendría que hablar con el niño, después de todo ahora era su tutor. -Allan-lo llamó a modo de saludo, ni siquiera intentó no sonar hosco, era su naturaleza no podría hacerlo de otro modo.-Me llamo Bastian.. soy hermano de tu padre..-dio un paso tentativo hacia ellos, clavando su mirada en el niño.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Ignoró sus comentarios, no le importaba lo más mínimo su maldita decencia, estaba perdiendo los estribos y trataba de controlarse firmemente. Aquel hombre quería quitarle todo lo que era suyo y no tenía ningún reparo en admitirlo, era un bruto pero no un idiota, estaba allí por el dinero como un asqueroso mercenario que solo buscaba su paga. Su mirada se dirigió al féretro, y maldijo por dentro. El muy perro era capaz de haber contratado a alguien solo para mortificarla.
Acarició la espalda de su hijo de forma inconsciente mientras lo abrazaba, esperaba que al menos aquel hombre se retirara de una vez, si había venido a comprobar que el maldito de George estaba muerto creía que aquellos minutos habían sido suficiente para convencerlo. Se tensó visiblemente al escuchar el nombre de su hijo en el gruñido cavernícola de Bastian. Fulminó con la mirada al hombre, desafiándolo a acercarse a su hijo de alguna forma. Su hijo se había apartado de ella para fijar sus ojos claros y curiosos en el hombre que le había hablado directamente. Ante las últimas palabras del sujeto el pequeño se apretó nuevamente contra su madre, apoyando su frente en su cuello, aunque aún espiaba con cierta curiosidad a Bastian.
La mirada amenazante que le dirigió al hombre no había tenido nada que ver con las anteriores. No permitiría que aquel hombre se metiera con su hijo-. Señor... -se contuvo de decir el apellido de su marido que también era el de su hijo, por que no quería sobresaltarlo-... Bastian -le importaba un comino si ella no tenía derecho a llamarlo por su nombre, el ya la había tachado de indecente después de todo, y un hombre tan bruto como aquel dudaba que notara la diferencia, ni que reconociera el respeto o la falta de él en ese caso. Sin embargo, a pesar de sus pensamientos, su voz sonaba suave casi amistosa en honor a Allan-. Por favor, sírvase lo que guste, -señaló la mesa donde había expuestas algunas bandejas con comida-, no lo entretendré más... -nada se traslucía en su voz, pero el odio en la mirada era inconfundible e insoslayable. Se giró dándole la espalda y sin más se dirigió a su tía que estaba tan alterada como cuando creía que su pequeño sobrino corría algún peligro.
Acarició la espalda de su hijo de forma inconsciente mientras lo abrazaba, esperaba que al menos aquel hombre se retirara de una vez, si había venido a comprobar que el maldito de George estaba muerto creía que aquellos minutos habían sido suficiente para convencerlo. Se tensó visiblemente al escuchar el nombre de su hijo en el gruñido cavernícola de Bastian. Fulminó con la mirada al hombre, desafiándolo a acercarse a su hijo de alguna forma. Su hijo se había apartado de ella para fijar sus ojos claros y curiosos en el hombre que le había hablado directamente. Ante las últimas palabras del sujeto el pequeño se apretó nuevamente contra su madre, apoyando su frente en su cuello, aunque aún espiaba con cierta curiosidad a Bastian.
La mirada amenazante que le dirigió al hombre no había tenido nada que ver con las anteriores. No permitiría que aquel hombre se metiera con su hijo-. Señor... -se contuvo de decir el apellido de su marido que también era el de su hijo, por que no quería sobresaltarlo-... Bastian -le importaba un comino si ella no tenía derecho a llamarlo por su nombre, el ya la había tachado de indecente después de todo, y un hombre tan bruto como aquel dudaba que notara la diferencia, ni que reconociera el respeto o la falta de él en ese caso. Sin embargo, a pesar de sus pensamientos, su voz sonaba suave casi amistosa en honor a Allan-. Por favor, sírvase lo que guste, -señaló la mesa donde había expuestas algunas bandejas con comida-, no lo entretendré más... -nada se traslucía en su voz, pero el odio en la mirada era inconfundible e insoslayable. Se giró dándole la espalda y sin más se dirigió a su tía que estaba tan alterada como cuando creía que su pequeño sobrino corría algún peligro.
Re: .:A funeral and vultures:. ~Irene Vaiser
Observó con atención al niño, quizá con más fijeza de la que debería, sin embargo se podía adivinar un atisbo de curiosidad en su mirada, y terminó enarcando una perfecta ceja ante la actitud defensiva de Vaiser para con su hijo, no parecía fingir, parecía acto de un instinto materno que nunca pensó encontrar en una mujer como ella, pero ahí estaba y no pudo evitar sentirse ligeramente sorprendido. Clavó su mirada en los ojos claros del niño quien le regresaba la mirada antes de volverse a esconder en el cuello de su madre, aspiró con fuerza tratando de contener la mueca, al menos había hecho el intento de hablar con el mocoso.
Una lenta sonrisa lobuna apareció en su rostro ante la ambivalencia del tono de voz amable de Irene y de su mirada que claramente reflejaba algo cercano al odio que sentía por él.-Gracias, señora..-gruñó como respuesta, aunque tuvo la decencia de inclinar ligeramente la cabeza como señal de respeto aunque esa mujer estaba muy lejos de merecerlo, pero que al final terminó haciéndolo por su sobrino. La observó alejarse con el niño y casi al instante sintió como se relajaba, no se había percatado de lo tenso que lo había puesto Vaiser, aunque ahora empezaba a entender porque George había muerto de un paro cardíaco, pensó con una mueca mientras regresaba cerca del abogado.
Sabía que no era el mejor momento para hablar de la herencia de su hermano y los términos y condiciones que debía cumplir, y solamente por eso mantuvo la mandíbula firmemente cerrada y su mirada centrada en el féretro, conteniendo las cavilaciones sobre lo que sería su vida a partir de ese momento, efectivamente acababa de convertirse en un mago sumamente rico, pero con la obligación de velar por el mocoso que no parecía que podía hacer más que esconderse bajo la falda de su madre, el pensamiento de que la fortuna no era comparada con lidiar con esa responsabilidad soportando a la arpía de Irene Vaiser se perpetuó en su mente de manera que sus facciones se ensombrecieron. Gruñó un par de veces como respuesta a Paul, quien parecía dispuesto a no callarse, aunque Bastian estaba muy lejos de prestarle verdadera atención. Pese a lo que la mujer esperaba, se mantuvo toda la noche en vela cerca del féretro, no por sentimentalismos, únicamente por mero respeto al hombre quien fue su hermano, su mirada se encontró dirigiéndose un par de veces a la mujer quien fue el calvario de George en vida, pero finalmente desistió y terminó con la mirada puesta en el féretro, mientras se hundía en pensamientos nada agradables sobre la familia y la muerte.
Una lenta sonrisa lobuna apareció en su rostro ante la ambivalencia del tono de voz amable de Irene y de su mirada que claramente reflejaba algo cercano al odio que sentía por él.-Gracias, señora..-gruñó como respuesta, aunque tuvo la decencia de inclinar ligeramente la cabeza como señal de respeto aunque esa mujer estaba muy lejos de merecerlo, pero que al final terminó haciéndolo por su sobrino. La observó alejarse con el niño y casi al instante sintió como se relajaba, no se había percatado de lo tenso que lo había puesto Vaiser, aunque ahora empezaba a entender porque George había muerto de un paro cardíaco, pensó con una mueca mientras regresaba cerca del abogado.
Sabía que no era el mejor momento para hablar de la herencia de su hermano y los términos y condiciones que debía cumplir, y solamente por eso mantuvo la mandíbula firmemente cerrada y su mirada centrada en el féretro, conteniendo las cavilaciones sobre lo que sería su vida a partir de ese momento, efectivamente acababa de convertirse en un mago sumamente rico, pero con la obligación de velar por el mocoso que no parecía que podía hacer más que esconderse bajo la falda de su madre, el pensamiento de que la fortuna no era comparada con lidiar con esa responsabilidad soportando a la arpía de Irene Vaiser se perpetuó en su mente de manera que sus facciones se ensombrecieron. Gruñó un par de veces como respuesta a Paul, quien parecía dispuesto a no callarse, aunque Bastian estaba muy lejos de prestarle verdadera atención. Pese a lo que la mujer esperaba, se mantuvo toda la noche en vela cerca del féretro, no por sentimentalismos, únicamente por mero respeto al hombre quien fue su hermano, su mirada se encontró dirigiéndose un par de veces a la mujer quien fue el calvario de George en vida, pero finalmente desistió y terminó con la mirada puesta en el féretro, mientras se hundía en pensamientos nada agradables sobre la familia y la muerte.
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