"Hasta los bowtruckle se alimentan mejor" ~ Neville Longbottom

❝Hasta los bowtruckle se alimentan mejor

Neville Longbottom · Sábado 18 de diciembre · 10:30 · 1°C · Casa de los Scamander

Se había levantado temprano como era su costumbre, aún en su día libre, para pasársela en el invernadero que estaba detrás de su casa, donde la mayoría de sus investigaciones se llevaban acabo. Estaba entusiasmado con el seguimiento de una colonia de bowtruckle. Gastó gran parte de la mañana en ello, tomando nota y recogiendo datos sobre el avance de aquellos insectos. A media mañana, se había obligado a alejarse de su trabajo, para desayunar algo. Era raro que recordara que debía comer, pero cuando Luna le llevó algo para tomar, antes de irse a la editorial, desistió en seguir vigilando su pequeño ecosistema, y fue a prepararse algo más consistente.

Estaba en ello cuando un golpe a la puerta lo sorprendió. Apagó el fuego, porque no era muy bueno cocinando y con su suerte el desayuno acabaría quemado por completo si lo dejaba allí. Abrió la puerta y sonrió levemente al ver a su amigo allí, extendió la mano para saludarlo mientras se movía para dejarlo pasar-. Buenos días, Luna se fue hace un rato -murmuró mientras se adentraba a la cocina y lo invitaba con un gesto a seguirlo, después de todo Neville era un gran amigo, podía moverse por la casa a sus anchas-. Estaba por preparar algo para desayunar... -miró su reloj sorprendido al ver la hora que era, se pasó la mano por la barba y bajó la mirada hacia la comida ya dispuesta. El desastre que se veía allí dejaba claro lo poco que se le daba cocinar. Él era mucho más rústico, podía cocinar en una fogata cuando andaba en sus expediciones, pero en la cocina de su casa comúnmente hacía cosas más sencillas. Sin embargo, aquella vez, al ver cuanto habían avanzado sus bowtruckle, había preferido hacer algo mejor para "festejar". Sonrió levemente-. ¿Ya has comido? -preguntó con más entusiasmo de lo que podía vérsele comúnmente, mientras retomaba su trabajo culinario. Había comprobado que los bowtruckle podían manejarse mejor que él a la hora de buscarse comida en su propio ecosistema artificial.

❝Hasta los bowtruckle se alimentan mejor

Rolf Scamander · Sábado 18 de diciembre · 10:30 · 1°C · Casa de los Scamander

Los sábados eran los días en los que Neville podía ir a Londres a visitar a su esposa, no había clases y había una cantidad considerable de profesores por los pasillos, sin embargo cuando se había asomado a saludar a Hannah en el Caldero Chorreante pero estaba hasta arriba de faena. Algunas veces echaba de menos a su esposa, pero era algo lógico y normal teniendo en cuenta a lo que se dedicaba. Se despidió de ella con un suave beso en los labios y salió al callejón diagón para desaparecerse en una colina cercana a la casa de la familia Scamander. Luna era su mejor amiga desde siempre y su esposo se había convertido en un buen amigo suyo también, no era extraño que compartieran tiempo juntos y tenía la confianza suficiente para ir a visitarlos sin avisar con anterioridad.  

Picó a la puerta y esperó a que Rolf o Luna abrieran, a estas horas estaba seguro de que al menos uno de los dos estaría en casa – Buenos días, espero no estorbar – saludó con una sonrisa afable dibujada en la cara y siguiendo a su amigo hasta la cocina, sabía el camino de memoria y no pudo evitar una risa al ver como estaba la cocina, nada comparado a lo que él estaba acostumbrado a ver, al menos no cuando era Hannah la que cocinaba, cuando era su turno… en fin, entonces solían pedir a uno de esos establecimientos muggles que traían pizza a domicilio, Neville era tan bueno cocinando como con las pociones, lo que era equivalente a decir que era horriblemente malo. – Que va, he salido del colegio corriendo en cuanto he visto la oportunidad – bromeó con una sonrisa, le gustaba estar trabajando allí pero no por eso dejaba de agradecer las oportunidades que tenía de salir fuera. - ¿Qué tal han ido estos días, Rolf? – preguntó sentándose en un taburete que había al lado de una mesa. Le habría gustado ayudar a su amigo a cocinar algo pero ambos sabían que solo lo empeoraría.

Inclinó el rostro y miró dubitativo su comida, encogiéndose de hombros encendió las hornallas nuevamente con un movimiento de su varita, mientras apartaba la comida que ya estaba cocinada, definitivamente cocinada a juzgar por los bordes quemados del intento de tortilla. No se veía bien estéticamente, pero se sentía más seguro respecto al sabor de su plato. Lo sirvió y sin decir nada comenzó a preparar otro para Neville, cuidando de las proporciones de condimentos-. He visto nuevos avances en la colonia de bowtruckle, -repasó su barba con una mano y se volvió hacia Neville-. Lamentablemente he perdido dos colonias, antes de poder establecerlos en condiciones suficientes para que el ecosistema artificial fuera adecuado para ellos. -frunció el ceño, había tenido que investigar exhaustivamente las plantas que aquellos insectos habitaban, y el cuidado de las mismas era primordial para su subsistencia, ya que eran acérrimos defensores de los árboles donde se establecían, si éste moría la emigración era inmediata, y al ser un ecosistema artificial con una cantidad de plantas reducidas, sus probabilidades de encontrar otra planta eran bastante limitadas-. Colonia... -sonrió para luego corregirse-. Cuento con dos ejemplares por el momento, me temo que fui bastante ambicioso en los primeros dos intentos -chasqueó la lengua reprendiéndose por su falta de previsión.

Sintió el olor que comenzaba a despedir la comida, y soltando una maldición en voz baja se volvió para apagar el fuego. Como siempre que hablaba de su trabajo se olvidaba de todo los demás. Sirvió el otro plato y se lo alcanzó a Neville-. Lo siento, amigo, pero no tengo el talento de tu esposa para esto -inquirió a modo de broma mientras tomaba asiento frente a él para dar cuenta de su plato. Cuando se abstraía trabajando no era consciente del hambre que tenía, pero una vez que comía se ponía al día con avidez.