Clase de Transfiguración ▬ Alumnos

En la mañana me había despertado temprano como de costumbre, me levante de la cama, la hice, me bañe, me vesti con el uniforme y baje a la sala común acomodando mi cabello frente al espejo. Despues con la ayuda del baston me dirigi hasta al gran comedor a comer algo ligero. Unas tostadas con mantequilla y miel o algo dulce seria bien. Llegue y me sente en la mesa de mi casa. Comi algo ligero acompañado por un vaso de leche y despues cogi mi pergamino y mi libro de Transfiguracion que me había llevado conmigo dirigiéndome a la clase. Sali del gran comedor despues de limpiarme en dirección a la tercera planta donde estaba el aula de transfiguraciones.

Cuando llegue no habían mas que dos alumnas de Durmstrang por su uniforme. Las salude cortésmente sentándome en una silla enfrente del salón. – Buenos días. – Salude y me sente esperando la llegada de la profesora o el profesor. Abri el libro para leer una vez mas, pero nada mas podía pensar en el sueño que tuve anoche con la caída y la muerte de mi hermano. Comence a sudar y abri los ojos mirando hacia adelante. Me limpie el sudor y espere que llegara la profesora. Las chicas seguramente están ocupadas hablar de moda y otras cosas que no se han dado cuenta lo que estaba pasando.

La melena pelirroja de Lily se balanceaba detrás de ella mientras caminaba hacia su primera clase del día con su bolso sobre el hombro y una chica de Ravenclaw que se había cruzado al salir del Gran Comedor a su lado.  —¿Ves? Te dije que él estaba saliendo con alguien más, no vale la pena, deberías ignorarlo. Sé que es difícil, pero es por tu propio bien. Vé a tu habitación y descárgarte, llora todo lo que quieras, no te hará daño faltar una vez a clases. Cuando te sientas lista, vuelves y ya.— Su voz se elevaba por los pasillos mientras gesticulaba a su compañera, con quien no había hablado más de unas tres veces pero mantenía una relación cordial y solía aconsejar, era una especie de mala influencia para la muchacha. Bueno, en realidad Lillian Potter se creía una especie de consejera de todo el mundo. Nadie jamás le decía que no, de todas maneras, porque cuando comenzaba hablar se sabía que no cerraría la boca, incluso si sus consejos no eran los mejores.

Cuando llegó frente al salón la pelirroja despidió con una encantadora sonrisa a su conocida, agitándo levemente su mano. —¡Ah! ¡Y puedes buscarme si quieres que le dé una lección!— Le gritó, volteándose por un par de segundos, para que la oyera. Satisfecha con su ayuda, se volvió y entró en el aula de Transfiguración. Inspeccionó unos segundos las filas de alumnos, saludó con un "Buenos días" y se dirigió hacia dónde estaba su hermano. —¿Qué hay, serpiente?— Le soltó mientras se sentaba y acomodaba su bolso sobre el pupitre.

Había establecido una especie de rutina, que no estaba del todo seguro que le agradaba. Báthory lo molestaba con su insufrible insistencia para que acatara las normas, y él la molestaba con... lo que se le viniera a la cabeza, cualquier cosa servía para hacerla rabiar. Esa mañana se había arrastrado fuera de su habitación para ir a clases, y apenas escuchó el parloteo de Báthory mientras se dirigían a desayunar. Estaba bastante adormilado, apoyó su codo sobre la mesa para poder descansar su barbilla sobre su mano mientras se llevaba una cucharada de cereal a la boca como un autómata. Poco a poco comenzó a darse cuenta que Báthory tenía la mirada centrada en él, parpadeó al fin logrando entender sus palabras y finalmente sus ojos adormilados brillaron con burla por primera vez en el día. Ella  continuaba atosigándolo, insistiendo que se apurara a desayunar para llegar temprano a clases, y él se llevaba la cuchara a la boca con una parsimonia que tenía como única finalidad exasperar a la castaña. Finalmente cuando supo que ya no podía prologar más su desayuno o seguramente sería atacado por Vibeke finalmente se puso de pie y se dispuso a ir a su primera clase: Transformaciones.

Caminó al lado de la castaña con pereza y su reclamo le hizo sonreír de lado.-Podría..-respondió casi risueño, aunque no hizo nada por apresurar el paso, terminó soltándose a reír cuando ella finalmente se adelantó. Miró con horror el aula vacía.-¡Te dije que era muy temprano!-gruñó de mal humor dejándose caer al lado de la castaña, se escurrió en la silla hasta que su nuca quedó apoyada sobre el respaldo de la silla, estaba dispuesto a dormitar a gusto cuando la voz de Rowle le interrumpió, arrugó el entrecejo y se irguió levemente para mirar la silla que ella apuntaba.-Esta embrujada.. pero puedes arriesgarte..-comentó divertido, aunque sus ojos brillantes denotaban que eran una clara broma, dibujó una sonrisa en su rostro mientras corría la silla como invitación para que Rowle se sentara, era Drumstrang, casi no cruzaba palabras con ella, pero tampoco era como si le desagradara. Finalmente terminó deslizándose de nuevo en su posición anterior con intenciones de continuar dormitando.

La clase aun no comenzaba, ni siquiera había llegado toda la gente, cuando Evan entro al salón de transfiguraciones. Venía de la sala común donde había hecho escala para dejar las cosas de las clases pasadas y agarrar las que aun le faltaban. Ya se encontraba de cierta manera cansado del día, sin haber podido dormir bien durante toda la noche. Le fastidiaba no poder hacerlo, le dolía la cabeza y  tenía la sensación de que el mundo le daba vueltas. Había evitado ir a la enfermería y lo seguiría haciendo hasta que fuese realmente necesario. Al no encontrar alguien conocido, o mejor dicho no poner la correcta atención de quien estaba en la sala, se le "olvido" saludar a los demás. Se dirigió a uno de los pupitres que aun estaban vacíos a la mitad de la sala sentándose en una de las orillas. Colocó sus cosas sobre la banca junto a el esperando que Allison o alguien conocido llegara. Se sentó de manera correcta en la silla y observo a las personas que se encontraban delante de él con la misma expresión de siempre una fría, sin emociones.