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Is a starry night (Rose)
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Is a starry night (Rose)
No sabía cuánto rato llevaba tirado en el sofá de la sala común, estaba como absorbido por un montón de cosas que no me hubiese apetecido saber. Aún sostenía la carta de mi padre en mis manos, hecha una bola arrugada y apretada. Resoplé una vez más y escuché unos pasos tras de mi, eran los alumnos que venían de la cena, lo cierto es que no tenía hambre así que había decidido quedarme en aquella posición durante esa hora. Ahora, la sala comenzaba a llenarse y no me apetecía estar allí mientras todos comenzaban a contarse cosas y a chillar como si no hubiese mañana. Me levanté del sofá y lancé la carta hecha una bola a la chimenea, esperé a que se consumiese con la vista fija y después me largué de la sala común, debería negarme a recoger cualquier carta con el nombre de mi padre en el sobre.
Caminé sabiendo perfectamente a dónde mi dirigía, la Torre de Astronomía. Aquel lugar había sido mi escondite desde que entré en primer curso, y con el tiempo me daba cuenta de que mis visitas eran cada vez más frecuentes, seguramente porque en primero mi padre aún tenía la creencia de que cambiaría de idea, de que no sería amigo de ese Potter. Sonreí con cierta resignación y finalmente llegué a la torre. Entré sin hacer mucho ruido porque sabía que dentro de pocos minutos enviarían a todos a las salas comunes y quien estuviese fuera recibiría un castigo, aunque la verdad es que me daba igual. Fui directo a las escaleras que subían al piso superior, en el que había una terraza desde la que se veía todo el castillo, las luces de cada una de las ventanas y la inmensidad de los terrenos. La verdad es que debía admitir que Hogwarts era un lugar precioso, aunque mi padre siempre me hubiese intentado decir lo contrario, seguramente porque su vida en aquella escuela no había sido sencilla.
Me dejé caer en un pequeño escalón que había en la terraza y crucé mis piernas, el aire comenzaba a ser fresco, el otoño comenzaba a coger terreno. Era mi época del año favorita, incluso por delante del verano o la primavera, seguramente porque después de un verano entero aguantando en casa a mi padre y al imbécil de Nott, podía librarme de ellos hasta las Navidades. Recordé la carta. Bueno, librarme físicamente de ellos. "Intenta no volver a decepcionarme", ponía en la carta. ¿Cuántas veces decepcionó él al abuelo? ¿Por qué yo tenía que ser igual que él? Solo le interesaba que fuese igual, que me pareciese a quien había sido él de joven. Pero ese no era mi plan y no pensaba dejarme llevar como si no fuese capaz de decidir por mí mismo.-Estúpido...-solté en un susurro.
Estaba enfadada, disgustado conmigo mismo y con el mundo. En casa nunca me permitía estallar porque mi madre no se merecía aquello, ella no tenía nada que ver con lo que ocurría entre papá y yo. Resoplé por última vez antes de fijar mi vista en el paisaje, desde allí podía ver la torre de Ravenclaw y también las ventanas que correspondían a Gryffindor. Algunas aún estaban encendidas, el Gran comedor también, aunque seguramente era porque los elfos estarían limpiando. La fuerza de todo lo que se movía en mi mente me hizo obviar los pasos que se escuchaban subiendo las escaleras.
Caminé sabiendo perfectamente a dónde mi dirigía, la Torre de Astronomía. Aquel lugar había sido mi escondite desde que entré en primer curso, y con el tiempo me daba cuenta de que mis visitas eran cada vez más frecuentes, seguramente porque en primero mi padre aún tenía la creencia de que cambiaría de idea, de que no sería amigo de ese Potter. Sonreí con cierta resignación y finalmente llegué a la torre. Entré sin hacer mucho ruido porque sabía que dentro de pocos minutos enviarían a todos a las salas comunes y quien estuviese fuera recibiría un castigo, aunque la verdad es que me daba igual. Fui directo a las escaleras que subían al piso superior, en el que había una terraza desde la que se veía todo el castillo, las luces de cada una de las ventanas y la inmensidad de los terrenos. La verdad es que debía admitir que Hogwarts era un lugar precioso, aunque mi padre siempre me hubiese intentado decir lo contrario, seguramente porque su vida en aquella escuela no había sido sencilla.
Me dejé caer en un pequeño escalón que había en la terraza y crucé mis piernas, el aire comenzaba a ser fresco, el otoño comenzaba a coger terreno. Era mi época del año favorita, incluso por delante del verano o la primavera, seguramente porque después de un verano entero aguantando en casa a mi padre y al imbécil de Nott, podía librarme de ellos hasta las Navidades. Recordé la carta. Bueno, librarme físicamente de ellos. "Intenta no volver a decepcionarme", ponía en la carta. ¿Cuántas veces decepcionó él al abuelo? ¿Por qué yo tenía que ser igual que él? Solo le interesaba que fuese igual, que me pareciese a quien había sido él de joven. Pero ese no era mi plan y no pensaba dejarme llevar como si no fuese capaz de decidir por mí mismo.-Estúpido...-solté en un susurro.
Estaba enfadada, disgustado conmigo mismo y con el mundo. En casa nunca me permitía estallar porque mi madre no se merecía aquello, ella no tenía nada que ver con lo que ocurría entre papá y yo. Resoplé por última vez antes de fijar mi vista en el paisaje, desde allí podía ver la torre de Ravenclaw y también las ventanas que correspondían a Gryffindor. Algunas aún estaban encendidas, el Gran comedor también, aunque seguramente era porque los elfos estarían limpiando. La fuerza de todo lo que se movía en mi mente me hizo obviar los pasos que se escuchaban subiendo las escaleras.
Invitado- Invitado
Re: Is a starry night (Rose)
Una vuelta. Dos. Tres.
Rose se encontraba en el comedor, sentada junto a algunas de sus compañeras sin prestar casi atención a lo que éstas estaban hablando. Normalmente, siempre trataba de entrar en las conversaciones, pero aquella noche por alguna razón no estaba de humor para ello. De hecho, la cena se le estaba haciendo interminable y no hacía más que dibujar círculos con su tenedor en la comida, como si de algún tipo de manía se tratase, dando vueltas y vueltas hasta que llegado un punto, no pudo soportarse más a sí misma y dejó el maldito tenedor a un lado, y despidiéndose del resto con una simple sonrisa y excusa de que realmente no se encontraba bien, dejó la estancia de forma apurada.
No había sido su día...ni su semana, eso estaba claro. Un hechizo se le estaba atragantando, y era de los más sencillos que podía hacer en aquel curso.
"Volatem ascendere".
Se había pasado toda la tarde practicándolo y por algún motivo no conseguía provocar nada más que un leve temblor en el objeto en lugar del efecto deseado de que se elevase y se estrellase a continuación. Y le estaba poniendo de los nervios.
Seguramente si su madre estuviese allí con ella, le diría que respirase hondo y que se lo tomara con delicadeza, modo con el que debía tratar a su varita. Pero era una auténtica terca y cabezota, y hasta que le saliese dudaba que pudiese ser delicada con nada...en eso había salido a su padre. Él le daría el consejo de que lo dejase estar durante un tiempo, y que luego lo volviese a intentar siguiendo los consejos de su madre, pero ella no podía. Necesitaba conseguir sus objetivos, y si no era así ocurría lo que aquel día, que el aparentemente firme buen humor de la joven Weasley desaparecía.
Pero tras haber dado la hora de cenar, no le quedó más remedio que rendirse e ir al encuentro de su cena la cual simplemente contempló sin probar bocado. Si Dominique o Albus estuviesen con ella en aquel momento, se hubiesen dado cuenta de que algo no iba bien, de que algo no le salía o que simplemente algo le preocupaba, pero sus compañeras estaban demasiado preocupadas hablando de su día como para detenerse en detalles de otras personas.
Aunque la pelirroja fuese tremendamente comprensiva, esta era una faceta que no soportaba del materialismo del resto de las jóvenes. ¡Cuánto echaba de menos a su querida prima rubia!
Tras salir del comedor, se cruzó con algunos alumnos que le desearon las buenas noches, al igual que algún que otro profesor...pero no pensaba irse a dormir pronto aquel día, aunque tal vez no fuese la mejor elección. Y es que si intentaba irse a dormir, sabía que no lo conseguiría porque su mente siempre volvería al mismo tema una y otra vez.
Caminando, llegó casi a la Torre de Astronomía...¿cómo se las había arreglado para enfrascarse tanto en sus pensamientos y llegar allí en un abrir y cerrar de ojos? A veces se sorprendía a sí misma.
Pero ya que estaba en aquel lugar, aprovecharía para relajarse allí como lo hacía últimamente. Algo había allí, que le tranquilizaba y le ayudaba a pensar con claridad. Así pues, la pelirroja subió las escaleras con calma pero sin cesar cuando, sin esperarlo, contempló una figura más que conocida por ella; otro de sus quebraderos de cabeza.
Si se daba la vuelta, sería raro, porque conociéndole ya habría intuido que alguien estaba allí y estaba segura, de que el joven Malfoy era capaz de reconocer su forma de correr tan sólo con el sonido de sus pisadas. ¿Pero por qué demonios pensaba en escapar? Sólo era Scorpius...Tal vez el problema, era que ahora algo dentro de ella hacía que no le viese como "solo Scorpius".
Pero le conocía lo suficiente como para saber que el rubio subía allí arriba cuando algo le preocupaba o cuando necesitaba meditar, al igual que ella, así que armándose de valor, se dirigió hacia él y se sentó a su lado, en un principio sin decir una palabra para después comentar en un murmullo- No te esperaba aquí...¿todo bien?
Rose se encontraba en el comedor, sentada junto a algunas de sus compañeras sin prestar casi atención a lo que éstas estaban hablando. Normalmente, siempre trataba de entrar en las conversaciones, pero aquella noche por alguna razón no estaba de humor para ello. De hecho, la cena se le estaba haciendo interminable y no hacía más que dibujar círculos con su tenedor en la comida, como si de algún tipo de manía se tratase, dando vueltas y vueltas hasta que llegado un punto, no pudo soportarse más a sí misma y dejó el maldito tenedor a un lado, y despidiéndose del resto con una simple sonrisa y excusa de que realmente no se encontraba bien, dejó la estancia de forma apurada.
No había sido su día...ni su semana, eso estaba claro. Un hechizo se le estaba atragantando, y era de los más sencillos que podía hacer en aquel curso.
"Volatem ascendere".
Se había pasado toda la tarde practicándolo y por algún motivo no conseguía provocar nada más que un leve temblor en el objeto en lugar del efecto deseado de que se elevase y se estrellase a continuación. Y le estaba poniendo de los nervios.
Seguramente si su madre estuviese allí con ella, le diría que respirase hondo y que se lo tomara con delicadeza, modo con el que debía tratar a su varita. Pero era una auténtica terca y cabezota, y hasta que le saliese dudaba que pudiese ser delicada con nada...en eso había salido a su padre. Él le daría el consejo de que lo dejase estar durante un tiempo, y que luego lo volviese a intentar siguiendo los consejos de su madre, pero ella no podía. Necesitaba conseguir sus objetivos, y si no era así ocurría lo que aquel día, que el aparentemente firme buen humor de la joven Weasley desaparecía.
Pero tras haber dado la hora de cenar, no le quedó más remedio que rendirse e ir al encuentro de su cena la cual simplemente contempló sin probar bocado. Si Dominique o Albus estuviesen con ella en aquel momento, se hubiesen dado cuenta de que algo no iba bien, de que algo no le salía o que simplemente algo le preocupaba, pero sus compañeras estaban demasiado preocupadas hablando de su día como para detenerse en detalles de otras personas.
Aunque la pelirroja fuese tremendamente comprensiva, esta era una faceta que no soportaba del materialismo del resto de las jóvenes. ¡Cuánto echaba de menos a su querida prima rubia!
Tras salir del comedor, se cruzó con algunos alumnos que le desearon las buenas noches, al igual que algún que otro profesor...pero no pensaba irse a dormir pronto aquel día, aunque tal vez no fuese la mejor elección. Y es que si intentaba irse a dormir, sabía que no lo conseguiría porque su mente siempre volvería al mismo tema una y otra vez.
Caminando, llegó casi a la Torre de Astronomía...¿cómo se las había arreglado para enfrascarse tanto en sus pensamientos y llegar allí en un abrir y cerrar de ojos? A veces se sorprendía a sí misma.
Pero ya que estaba en aquel lugar, aprovecharía para relajarse allí como lo hacía últimamente. Algo había allí, que le tranquilizaba y le ayudaba a pensar con claridad. Así pues, la pelirroja subió las escaleras con calma pero sin cesar cuando, sin esperarlo, contempló una figura más que conocida por ella; otro de sus quebraderos de cabeza.
Si se daba la vuelta, sería raro, porque conociéndole ya habría intuido que alguien estaba allí y estaba segura, de que el joven Malfoy era capaz de reconocer su forma de correr tan sólo con el sonido de sus pisadas. ¿Pero por qué demonios pensaba en escapar? Sólo era Scorpius...Tal vez el problema, era que ahora algo dentro de ella hacía que no le viese como "solo Scorpius".
Pero le conocía lo suficiente como para saber que el rubio subía allí arriba cuando algo le preocupaba o cuando necesitaba meditar, al igual que ella, así que armándose de valor, se dirigió hacia él y se sentó a su lado, en un principio sin decir una palabra para después comentar en un murmullo- No te esperaba aquí...¿todo bien?
Re: Is a starry night (Rose)
Resoplé y después me llevé la mano al cabello revolviéndolo, la verdad es que allí los pensamientos eran más claros pero en aquel momento lo único que me consolaba era pensar que aún quedaba tiempo para tener que volver a casa, que no tendría que verle hasta que llegasen las Navidades. Pero el consuelo duraba poco, lo justo hasta que me daba cuenta de que en Hogwarts estaba Nott y además, las lechuzas conseguían que las palabras "alentadoras" de mi padre llegasen a mi. Me quedé con la mirada fija en las ventanas de las habitaciones de Gryffindor, no sé en qué momento mi subconsciente me había dirigido hasta ahí, pero la verdad es que sabía el motivo por el que lo hacía aunque no quisiera admitirlo en voz alta. Tenía problemas por tener un amigo con el apellido Potter, así que cualquier otra persona relacionada con esa familia me haría la vida imposible. Mi padre los odiaba por mucho que hubiesen pasado los años, pero yo no era él, aunque no pudiese entenderlo.
Estaba completamente sumido y perdido entre mis pensamientos, así que ni siquiera me percaté de los pasos que se acercaban, los escuchaba como si fuesen una canción de fondo cuando estás leyendo algo que te parece mucho más interesante. Se pararon, pero no me giré a ver quién era, pero jugaba con mis manos ahora vacías. A veces los apellidos pesaban demasiado, odiaba aquellas estupideces. Los pasos volvieron a resonar en el lugar y poco después noté que alguien se sentaba junto a mi, no pregunté. Pude ver los pies de una chica, sus manos sobre las rodillas y una melena pelirroja. Sabía quien era, no necesitaba preguntar porque la tenía muy presente en mi cabeza, tal vez más de lo que debería. Me quedé callado hasta que escuché su voz, en un susurro que apenas sonó pero que debido al silencio, podía escuchar perfectamente.-Supongo que sí, no lo sé-dije sin ser demasiado convincente.
Me callé de nuevo hasta que finalmente separé mi mirada de la ventana y apoyé la cabeza en la pared para después mirar de reojo a la chica. La miré unos segundos fijamente para después romper el silencio de nuevo.-Me gusta este lugar...-admití para después mirarla aunque esta vez sin sonreír.- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -pregunté en un susurro. Ciertamente yo me encontraba mucho más lejos de mi sala común, pero me daba igual, no sabía sin volvería aquella noche. No había cenado pero no tenía hambre, tal vez después me ganase las preguntas de Albus al darse cuenta de que no estaba en la cena, aunque tampoco tenía porque negarle nada. Resoplé de nuevo y me revolví el cabello mientras seguía mirando mis manos que jugueteaban la una con la otra sin ningún sentido ni orden, como si un niño perdido fuese. Hacía un poco de fresco, pero era soportable.
Estaba completamente sumido y perdido entre mis pensamientos, así que ni siquiera me percaté de los pasos que se acercaban, los escuchaba como si fuesen una canción de fondo cuando estás leyendo algo que te parece mucho más interesante. Se pararon, pero no me giré a ver quién era, pero jugaba con mis manos ahora vacías. A veces los apellidos pesaban demasiado, odiaba aquellas estupideces. Los pasos volvieron a resonar en el lugar y poco después noté que alguien se sentaba junto a mi, no pregunté. Pude ver los pies de una chica, sus manos sobre las rodillas y una melena pelirroja. Sabía quien era, no necesitaba preguntar porque la tenía muy presente en mi cabeza, tal vez más de lo que debería. Me quedé callado hasta que escuché su voz, en un susurro que apenas sonó pero que debido al silencio, podía escuchar perfectamente.-Supongo que sí, no lo sé-dije sin ser demasiado convincente.
Me callé de nuevo hasta que finalmente separé mi mirada de la ventana y apoyé la cabeza en la pared para después mirar de reojo a la chica. La miré unos segundos fijamente para después romper el silencio de nuevo.-Me gusta este lugar...-admití para después mirarla aunque esta vez sin sonreír.- ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? -pregunté en un susurro. Ciertamente yo me encontraba mucho más lejos de mi sala común, pero me daba igual, no sabía sin volvería aquella noche. No había cenado pero no tenía hambre, tal vez después me ganase las preguntas de Albus al darse cuenta de que no estaba en la cena, aunque tampoco tenía porque negarle nada. Resoplé de nuevo y me revolví el cabello mientras seguía mirando mis manos que jugueteaban la una con la otra sin ningún sentido ni orden, como si un niño perdido fuese. Hacía un poco de fresco, pero era soportable.
Invitado- Invitado
Re: Is a starry night (Rose)
Su respuesta no había sido concisa...ni le daba la información que hubiese deseado saber. Aunque desde siempre se le había advertido de que no debía involucrarse en los asuntos de los Malfoy, no podía evitar preocuparse por si aquel que se encontraba ahora a su lado estaba bien. Fuese por Albus mismo, o por lo que ella pudiese sentir, se veía arrastrada por sí misma a preguntarle como mínimo si todo iba bien en un claro signo de que en su interior y a pesar de no querer demostrarlo, se preocupaba por él.
Se limitó a asentir con su cabeza ligeramente mientras colocaba sus brazos sobre sus propias rodillas e inconscientemente comenzó a juguetear con sus dedos como si de algún tipo de juego psicológico se tratase.
Nada más escuchar su comentario acerca del lugar, como si fuese necesario, elevó su cabeza para observar a su alrededor con calma mientras inspiraba y expiraba algo de aire fresco que la altura les proporcionaba mientras iba preparando su respuesta.- Y a mí...parece un lugar que no tiene nada que ver con Hogwarts, tal vez sea impresión mía.
Y aquello era cierto para ella. Cada vez que pensaba en Hogwarts, a parte de un lugar seguro, pensaba en un lugar lleno de alumnos yendo de un lugar a otro, dónde lo complicado no era llegar a un lugar, si no hacerlo sin chocarte con nadie.
Al recibir la pregunta, mostró una sonrisa divertida que ya dejaba ver cuál iba a ser su respuesta mientras esta vez, se molestaba en girar su cabeza para contemplarle-Me gusta este lugar...-comentó imitándole sin poder evitar emitir una risa inocente al más puro estilo Rose Weasley. Había momentos en los que simplemente le era demasiado fácil estar cómoda con el joven Malfoy y en los que bromas le salían solas...pero había otros en los que sin dudarlo le arrancaría la cabeza de su sitio -con la condición de que al hacerlo no le ocurriese nada irreversible, claro-.- La verdad es que no ha sido mi día y necesitaba salir del comedor. Y entre venir aquí o irme a dormir...está claro lo que he escogido.-comentó en un murmullo mientras sus dedos continuaban jugueteando, para después, desplazar su vista hacia las manos del muchacho y encontrarse con el mismo gesto que ella había estado haciendo hasta entonces, momento en el que paró tras mostrar una sonrisa que dejaba ver lo cómico que le parecía que ambos estuviesen haciendo exactamente lo mismo de un modo, que a muchos les podría parecer incómodo pero que a ella le parecía simpático.
Aunque justo entonces, algo se activó en su cabeza, y antes de que el rubio pudiese responderle, inmediatamente le advirtió con una voz tranquila y sosegada, que a muchos podría ponerles los pelos de punta, pero que estaba segura que Scorpius entendería- Si vas a soltar algún comentario mordaz...guárdatelo, que nos conocemos y no creo que hoy tenga la suficiente paciencia, te aviso.
Se limitó a asentir con su cabeza ligeramente mientras colocaba sus brazos sobre sus propias rodillas e inconscientemente comenzó a juguetear con sus dedos como si de algún tipo de juego psicológico se tratase.
Nada más escuchar su comentario acerca del lugar, como si fuese necesario, elevó su cabeza para observar a su alrededor con calma mientras inspiraba y expiraba algo de aire fresco que la altura les proporcionaba mientras iba preparando su respuesta.- Y a mí...parece un lugar que no tiene nada que ver con Hogwarts, tal vez sea impresión mía.
Y aquello era cierto para ella. Cada vez que pensaba en Hogwarts, a parte de un lugar seguro, pensaba en un lugar lleno de alumnos yendo de un lugar a otro, dónde lo complicado no era llegar a un lugar, si no hacerlo sin chocarte con nadie.
Al recibir la pregunta, mostró una sonrisa divertida que ya dejaba ver cuál iba a ser su respuesta mientras esta vez, se molestaba en girar su cabeza para contemplarle-Me gusta este lugar...-comentó imitándole sin poder evitar emitir una risa inocente al más puro estilo Rose Weasley. Había momentos en los que simplemente le era demasiado fácil estar cómoda con el joven Malfoy y en los que bromas le salían solas...pero había otros en los que sin dudarlo le arrancaría la cabeza de su sitio -con la condición de que al hacerlo no le ocurriese nada irreversible, claro-.- La verdad es que no ha sido mi día y necesitaba salir del comedor. Y entre venir aquí o irme a dormir...está claro lo que he escogido.-comentó en un murmullo mientras sus dedos continuaban jugueteando, para después, desplazar su vista hacia las manos del muchacho y encontrarse con el mismo gesto que ella había estado haciendo hasta entonces, momento en el que paró tras mostrar una sonrisa que dejaba ver lo cómico que le parecía que ambos estuviesen haciendo exactamente lo mismo de un modo, que a muchos les podría parecer incómodo pero que a ella le parecía simpático.
Aunque justo entonces, algo se activó en su cabeza, y antes de que el rubio pudiese responderle, inmediatamente le advirtió con una voz tranquila y sosegada, que a muchos podría ponerles los pelos de punta, pero que estaba segura que Scorpius entendería- Si vas a soltar algún comentario mordaz...guárdatelo, que nos conocemos y no creo que hoy tenga la suficiente paciencia, te aviso.
Re: Is a starry night (Rose)
Me fijé en el cielo, ciertamente era una noche completamente clara pero no se veían demasiadas estrellas. En mi casa siempre solía salir a la terraza a aislarme de lo que había dentro, quizá el hecho de que no hubiese ninguna me aliviaba porque me alejaba de lo que me era ofensivo. Era irónico que alguien odiase su propia casa, que aborreciese a su padre. Tal vez era un mal hijo, él no paraba de recordarme lo mucho que le había decepcionado y que si no me reconducía él no pensaba cambiar de opinión. Pero yo no era como él, eso me lo repetía cada día varias veces, intentando buscar cada una de las diferencias que tenía con él y sintiéndome mejor por ellas. Carraspeé como intentando deshacerme del nudo que tenía en la garganta antes de fijar de nuevo mis ojos sobre los azules de la chica. Si cometía un último acto de rebeldía sabía cuál iba a ser mi elección.
No dije nada a su primer comentario. Me alegraba de alguna manera que ella opinase aquello de ese lugar, la verdad es que pocos alumnos solían subir allí arriba, yo lo llevaba haciendo desde primero y casi siempre estaba solo. Cogí aire hondo notando como se llenaban mis pulmones antes de que ella bromease imitando mi comentario. Respondí con un leve golpe en su costado sonriéndole de la misma manera que ella lo había hecho, en aquel momento no había comentarios mordaces ni tensiones entre nosotros. Todo era natural, era fácil estar con ella. Solté una leve risa cuando dijo que había decidido ir allí.- Vaya, Rose saltándose las normas...-susurré aunque no fue con un tono de burla, simplemente un comentario algo sorprendido. Sabía que le molestaba ser comparada con la buena estudiante que era su madre, y nadie entendía eso mejor que yo, así que no dije nada más.
Nos quedamos de nuevo en silencio antes de que ella volviese a hablar mientras yo seguía jugando con mis manos. La miré de nuevo de reojo con media sonrisa y después negué.- No creo que hoy tenga el ingenio, mejor una tregua hasta mañana.-comenté con tranquilidad. Pensé en volver a hablar o callarme, pero en cierto modo sabía que la segunda no sería del todo posible. Volví a hablar pero mantuve mi mirada al frente.-Dime una cosa, ¿qué escogerías si te diesen a elegir entre la persona que debes ser y quién eres realmente?- susurré. Era como si fuese un pensamiento en voz alta, como si allí fuese implícito el hecho de que no podía ser quien yo era, debía tener los amigos que me decían, enamorarme de una sangre limpia y obligarme a llevar una vida exacta a mi padre. Pero me negaba y de alguna manera la pelirroja de mi lado no mejoraba aquella sensación.-Es una estupidez, no hace falta que contestes.-volví a decir. Mi mente no estaba lúcida, al fin y al cabo iba a pasarme una noche sentado allí, quizá debería buscarme algo para descargar aquello que sentía.
No dije nada a su primer comentario. Me alegraba de alguna manera que ella opinase aquello de ese lugar, la verdad es que pocos alumnos solían subir allí arriba, yo lo llevaba haciendo desde primero y casi siempre estaba solo. Cogí aire hondo notando como se llenaban mis pulmones antes de que ella bromease imitando mi comentario. Respondí con un leve golpe en su costado sonriéndole de la misma manera que ella lo había hecho, en aquel momento no había comentarios mordaces ni tensiones entre nosotros. Todo era natural, era fácil estar con ella. Solté una leve risa cuando dijo que había decidido ir allí.- Vaya, Rose saltándose las normas...-susurré aunque no fue con un tono de burla, simplemente un comentario algo sorprendido. Sabía que le molestaba ser comparada con la buena estudiante que era su madre, y nadie entendía eso mejor que yo, así que no dije nada más.
Nos quedamos de nuevo en silencio antes de que ella volviese a hablar mientras yo seguía jugando con mis manos. La miré de nuevo de reojo con media sonrisa y después negué.- No creo que hoy tenga el ingenio, mejor una tregua hasta mañana.-comenté con tranquilidad. Pensé en volver a hablar o callarme, pero en cierto modo sabía que la segunda no sería del todo posible. Volví a hablar pero mantuve mi mirada al frente.-Dime una cosa, ¿qué escogerías si te diesen a elegir entre la persona que debes ser y quién eres realmente?- susurré. Era como si fuese un pensamiento en voz alta, como si allí fuese implícito el hecho de que no podía ser quien yo era, debía tener los amigos que me decían, enamorarme de una sangre limpia y obligarme a llevar una vida exacta a mi padre. Pero me negaba y de alguna manera la pelirroja de mi lado no mejoraba aquella sensación.-Es una estupidez, no hace falta que contestes.-volví a decir. Mi mente no estaba lúcida, al fin y al cabo iba a pasarme una noche sentado allí, quizá debería buscarme algo para descargar aquello que sentía.
Invitado- Invitado
Re: Is a starry night (Rose)
- No te acostumbres...esta Rose Weasley rebelde no suele salir fuera de su pequeño escondite muy a menudo.- comentó advirtiéndole como si por un lado temiese que aquello de saltarse las normas pudiese hacerse algo habitual por el mero hecho de querer quedarse allí durante más noches aún sabiendo que no podía. Y es que ese era uno de los efectos que producía en ella el sentirse cómoda con alguien, que aún sabiendo que era complicado, le gustaba repetir...y sabiendo que era de Scorpius de quién se trataba era peor.
Posiblemente, el comentario que hizo el muchacho sobre ella saltándose las normas, en un día como aquel si fuera cualquier otra persona se lo tomaría lo suficientemente mal como para levantarse e irse para no dejar de ser la persona adorable que siempre demostraba ser -o casi siempre-, pero en ese caso, sabía perfectamente que él no lo había dicho en el sentido con el que se lo hubiese tomado viniendo de cualquier otra persona, y es que sabía que él era consciente de su problema con el apellido Weasley a la par que ella sabía que para él el ser un Malfoy tampoco era fácil...y eso en parte era una de las razones por las que a veces, le resultaba mucho más fácil estar con él que con cualquier otra persona. Ambos se sentían infravalorados por X razones, y era una situación complicada que sólo los que la vivían eran capaces de entender.
-Te tomo la palabra...alzo la bandera blanca hasta que los dos estemos de humor.-dijo sinceramente, mientras elevaba su mano derecha para colocarse unos mechones de pelo que el viento se empeñaba en hacer mover, como si de un juego entre el perro y el gato se tratase en el que su mano trataba de mediar. Pero la pregunta del muchacho le cogió desprevenida por completo, y permitió que el silencio reinase durante unos instantes meditando su propia respuesta, aunque tenía una ligera idea de lo que iba a decir después de negar con su cabeza ligeramente, para evitar que el muchacho pensase que lo que había preguntado era una estupidez o no había sido adecuado. Y es que, esas preguntas eran las que a ella le gustaban; le hacían pensar en algo que no le estuviese amargando y lo necesitaba en un día como aquel.- Quien soy realmente. No tengo la más mínima duda. La gente cree que sabe lo que te conviene, y es muy posible que tú con tus elecciones te equivoques, pero creo que ninguno de nosotros deberíamos permitir que nos dijesen cómo tenemos que actuar o ser...-comentó enfrascada en sus pensamientos, haciendo una pequeña pausa para proseguir-he ahí una de las razones por las que no me gusta que me comparen con mi madre. Yo tomo mis propias decisiones y no pensamos del mismo modo. A veces es necesario tropezar y caerse para aprender. Si te advierten y no te caes siempre, nunca terminarás por saber cómo evitar la piedra-aclaró con una metáfora mientras su mano izquierda encontraba una pequeña piedra a su lado con la que empezó a juguetear distraída para después, lanzarla con un ligero golpe hacia el frente mientras, comenzaba a pensar en cómo había sacado todo eso de su interior...tal vez fuese porque se guardaba demasiado del tema Hermione Granger versus Rose Weasley que empezaba a creer que nunca tendría final.
Posiblemente, el comentario que hizo el muchacho sobre ella saltándose las normas, en un día como aquel si fuera cualquier otra persona se lo tomaría lo suficientemente mal como para levantarse e irse para no dejar de ser la persona adorable que siempre demostraba ser -o casi siempre-, pero en ese caso, sabía perfectamente que él no lo había dicho en el sentido con el que se lo hubiese tomado viniendo de cualquier otra persona, y es que sabía que él era consciente de su problema con el apellido Weasley a la par que ella sabía que para él el ser un Malfoy tampoco era fácil...y eso en parte era una de las razones por las que a veces, le resultaba mucho más fácil estar con él que con cualquier otra persona. Ambos se sentían infravalorados por X razones, y era una situación complicada que sólo los que la vivían eran capaces de entender.
-Te tomo la palabra...alzo la bandera blanca hasta que los dos estemos de humor.-dijo sinceramente, mientras elevaba su mano derecha para colocarse unos mechones de pelo que el viento se empeñaba en hacer mover, como si de un juego entre el perro y el gato se tratase en el que su mano trataba de mediar. Pero la pregunta del muchacho le cogió desprevenida por completo, y permitió que el silencio reinase durante unos instantes meditando su propia respuesta, aunque tenía una ligera idea de lo que iba a decir después de negar con su cabeza ligeramente, para evitar que el muchacho pensase que lo que había preguntado era una estupidez o no había sido adecuado. Y es que, esas preguntas eran las que a ella le gustaban; le hacían pensar en algo que no le estuviese amargando y lo necesitaba en un día como aquel.- Quien soy realmente. No tengo la más mínima duda. La gente cree que sabe lo que te conviene, y es muy posible que tú con tus elecciones te equivoques, pero creo que ninguno de nosotros deberíamos permitir que nos dijesen cómo tenemos que actuar o ser...-comentó enfrascada en sus pensamientos, haciendo una pequeña pausa para proseguir-he ahí una de las razones por las que no me gusta que me comparen con mi madre. Yo tomo mis propias decisiones y no pensamos del mismo modo. A veces es necesario tropezar y caerse para aprender. Si te advierten y no te caes siempre, nunca terminarás por saber cómo evitar la piedra-aclaró con una metáfora mientras su mano izquierda encontraba una pequeña piedra a su lado con la que empezó a juguetear distraída para después, lanzarla con un ligero golpe hacia el frente mientras, comenzaba a pensar en cómo había sacado todo eso de su interior...tal vez fuese porque se guardaba demasiado del tema Hermione Granger versus Rose Weasley que empezaba a creer que nunca tendría final.
Re: Is a starry night (Rose)
Solté una risa algo divertida sabiendo que tenía razón. La conocía desde hacía seis años y la verdad es que no solía verla cometer muchas locuras. Rose era una chica centrada, divertida, agradable aunque testaruda y demasiado cabezota en ocasiones, pero la verdad es que me gustaba su compañía más de lo que podía llegar a admitir en voz alta. Cogí aire y eché mi cabeza hacia atrás, fijando mi mirada en el techo como si en aquel momento mi mente estuviese muy lejos de allí, pensando en todos los pros y los contras, en todas las decisiones que había tomado y que me habían acarreado problemas. Solía ser bastante impulsivo, pero no era una persona que se arrepintiese de nada de lo que había hecho, pues en su momento había tenido sentido. Me había encarado con mi padre muchas veces porque él quería convertirme en algo que no era, quería quitarme a aquellos que yo valoraba para cambiarlos por algunos que me daban exactamente igual. Mi amigo era mestizo, igual que la chica que tenía al lado. Sabía lo mucho que mi familia había hecho sufrir a la madre de Rose.
Reí cuando accedió a lo de la bandera blanca.-No creo que ninguno de los dos tenga fuerzas para pelearse con el otro, además, seguramente acabaría ganándote.-bromeé y le di un pequeño golpe en el brazo, suave y agradable. Volví a mirar hacia el frente pensando en que ella también estaba allí arriba por algún motivo, que no debería hacerle aquellas preguntas que dejaban entrever que había más de una cosa que me molestaba. No solía poder esconderle demasiadas cosas a la pelirroja, era como si su mirada pudiese radiografiarme de arriba a abajo. Dije que no hacía falta que contestase, pero ella lo hizo de todos modos. Escuché lo que decía sabiendo que tenía razón, pero por algún motivo tenía algo de miedo de lo que pasaría si realmente era yo mismo. Mi padre no lo aceptaría, él era purista, clasista y rígido, parecía que no había aprendido absolutamente nada de la guerra mágica. Cogí aire y lo solté en un largo suspiro antes de mirar a la chica.-A veces las cosas se guardan tanto tiempo que luego no sabes como sacarlas.-susurré. Aquello tenía un doble sentido. En mi caso habían varias cosas que me guardaba y que no conseguía sacar.
Negué con la cabeza y me revolví el pelo con algo de desesperación para luego mirar a la chica. - ¿Me dirás cuál es el verdadero motivo por el que has subido? -dije con tranquilidad mirándola a aquellos grandes ojos de color azul que a veces me hacían sentir verdaderamente pequeño. Me di cuenta entonces que su cabello se revolvía por el aire y como instintivamente puse un mechón tras su oreja con lentitud, después retiré la mano rápido y volví a mirar al frente con un carraspeo. Lo mejor era no pensar en aquello, no pensar en lo que ocurría cuando la chica estaba cerca y el no querer averiguar el por qué por miedo a lo que descubriese.
Reí cuando accedió a lo de la bandera blanca.-No creo que ninguno de los dos tenga fuerzas para pelearse con el otro, además, seguramente acabaría ganándote.-bromeé y le di un pequeño golpe en el brazo, suave y agradable. Volví a mirar hacia el frente pensando en que ella también estaba allí arriba por algún motivo, que no debería hacerle aquellas preguntas que dejaban entrever que había más de una cosa que me molestaba. No solía poder esconderle demasiadas cosas a la pelirroja, era como si su mirada pudiese radiografiarme de arriba a abajo. Dije que no hacía falta que contestase, pero ella lo hizo de todos modos. Escuché lo que decía sabiendo que tenía razón, pero por algún motivo tenía algo de miedo de lo que pasaría si realmente era yo mismo. Mi padre no lo aceptaría, él era purista, clasista y rígido, parecía que no había aprendido absolutamente nada de la guerra mágica. Cogí aire y lo solté en un largo suspiro antes de mirar a la chica.-A veces las cosas se guardan tanto tiempo que luego no sabes como sacarlas.-susurré. Aquello tenía un doble sentido. En mi caso habían varias cosas que me guardaba y que no conseguía sacar.
Negué con la cabeza y me revolví el pelo con algo de desesperación para luego mirar a la chica. - ¿Me dirás cuál es el verdadero motivo por el que has subido? -dije con tranquilidad mirándola a aquellos grandes ojos de color azul que a veces me hacían sentir verdaderamente pequeño. Me di cuenta entonces que su cabello se revolvía por el aire y como instintivamente puse un mechón tras su oreja con lentitud, después retiré la mano rápido y volví a mirar al frente con un carraspeo. Lo mejor era no pensar en aquello, no pensar en lo que ocurría cuando la chica estaba cerca y el no querer averiguar el por qué por miedo a lo que descubriese.
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Re: Is a starry night (Rose)
En cuanto escuchó su afirmación acompañada de ese golpecito, no consiguió reprimir una carcajada ante aquello- ¿Ganarme? Scorpius...tienes que dejar de soñar despierto, que sabes que es imposible que me ganes a nada, Malfoy.-bromeó con una amplia sonrisa, echándole después la lengua en un gesto casi infantil para a continuación, negar suavemente con su cabeza por todo aquello. A veces, parecía que una broma con Scorpius daba lugar a una situación que no tenía fin, casi como la pescadilla que se muerde la cola. Le resultaba extraño lo fácil que era dejarse llevar con él, aún sabiendo que si sus padres se enterasen de que su hija tenía el más mínimo contacto con un Malfoy, lo más seguro es que entrasen en cólera.
Era evidente que hablar de cualquier Malfoy en su casa no era el mejor tema a tratar, y sabía perfectamente que sus padres no superaban lo que el padre de su acompañante había hecho y dicho en un pasado...y aunque ella sabía que no habían sido evidentemente las palabras más agradables, no comprendía el hecho de que hubiese que tachar a todos sus allegados como gente que pensaba igual que él. De hecho, ella consideraba que Scorpius era la prueba palpable de ello.
Pero es que era evidente que sus padres no podrían soportar la idea -en un principio- de que su hija sintiese algo por un Malfoy. ¿En qué cabeza cabía? ¿Acaso todo el mundo se había vuelto loco para concebir algo así? Aunque la realidad era la que era, casi todos creían que ambos jóvenes sentían algo por el otro. ¡Incluso su propio hermano olía que algo estaba ocurriendo!
Hugo siempre había sido un muchacho demasiado listo como para no enterarse de lo que se hablaba en la escuela sobre su hermana y Scorpius o como para no pensarlo por sí mismo, pero tenía el suficiente cariño -o eso quería creer Rose- como para no decir ni una palabra en su casa, aunque alguna que otra vez en la que ambos tuvieron roces sí que insinuó algo sin que sus padres pudiesen comprenderlo.
Pero la frase del rubio, le sacó de sus divagaciones una vez más, haciendo que la pelirroja centrase toda su atención de nuevo en él, no sólo porque la había dicho como si pareciese que no quería que ella le escuchase.-Inténtalo.-sentenció encogiéndose de hombros, para entrelazar los dedos de sus manos durante unos instantes para luego liberarlos- Ya sabes que de aquí no saldrá nada.-comentó con una ligera sonrisa en parte queriendo infundir algo de confianza y a la vez, esperando que supiese que ni siquiera le estaba obligando a que se lo contara ya que si algo tenía claro Rose, era que Scorpius por muchos enfrentamientos que tuviesen, era una de las personas por las que daría la cara sin dudarlo.
A pesar de ello, lo que Rose nunca se hubiese esperado era el gesto que Scorpius tuvo a continuación por el que hizo que ambos entrasen en contacto con un mínimo roce al colocar un mechón de su cabello con una delicadeza casi hipnótica. Los esfuerzos que tuvo que hacer por no ponerse de los nervios y no parecer un auténtico tomate, sólo ella los conocía. ¿A qué diablos jugaba el rubio? ¿Cómo podía hacer algo así y pretender que no se pusiese de los nervios? ¿Estaba jugando con ella a caso? No, no lo creía. Si se paraba a pensarlo, dudaba que él estuviese jugando con ella, aunque para la pelirroja creer que él pudiese llegar a sentir algo por ella era casi imposible mientras su propio organismo le avisaba con un hormigueo en su estómago, de que algo pasaba allí, y de que algo en su interior quería que aquel juego improvisado entre ambos continuase.
Pero antes de que hiciese alguna estupidez, prefirió centrarse en la pregunta del chico - Un maldito hechizo. -refunfuñó recordándolo para taparse su cara con sus manos en un gesto de exasperación- Volatem ascendere. No se qué diablos me ha pasado hoy con él, que se me resiste como nunca me ha pasado con otro...espero que sea que no es mi día.
Era evidente que hablar de cualquier Malfoy en su casa no era el mejor tema a tratar, y sabía perfectamente que sus padres no superaban lo que el padre de su acompañante había hecho y dicho en un pasado...y aunque ella sabía que no habían sido evidentemente las palabras más agradables, no comprendía el hecho de que hubiese que tachar a todos sus allegados como gente que pensaba igual que él. De hecho, ella consideraba que Scorpius era la prueba palpable de ello.
Pero es que era evidente que sus padres no podrían soportar la idea -en un principio- de que su hija sintiese algo por un Malfoy. ¿En qué cabeza cabía? ¿Acaso todo el mundo se había vuelto loco para concebir algo así? Aunque la realidad era la que era, casi todos creían que ambos jóvenes sentían algo por el otro. ¡Incluso su propio hermano olía que algo estaba ocurriendo!
Hugo siempre había sido un muchacho demasiado listo como para no enterarse de lo que se hablaba en la escuela sobre su hermana y Scorpius o como para no pensarlo por sí mismo, pero tenía el suficiente cariño -o eso quería creer Rose- como para no decir ni una palabra en su casa, aunque alguna que otra vez en la que ambos tuvieron roces sí que insinuó algo sin que sus padres pudiesen comprenderlo.
Pero la frase del rubio, le sacó de sus divagaciones una vez más, haciendo que la pelirroja centrase toda su atención de nuevo en él, no sólo porque la había dicho como si pareciese que no quería que ella le escuchase.-Inténtalo.-sentenció encogiéndose de hombros, para entrelazar los dedos de sus manos durante unos instantes para luego liberarlos- Ya sabes que de aquí no saldrá nada.-comentó con una ligera sonrisa en parte queriendo infundir algo de confianza y a la vez, esperando que supiese que ni siquiera le estaba obligando a que se lo contara ya que si algo tenía claro Rose, era que Scorpius por muchos enfrentamientos que tuviesen, era una de las personas por las que daría la cara sin dudarlo.
A pesar de ello, lo que Rose nunca se hubiese esperado era el gesto que Scorpius tuvo a continuación por el que hizo que ambos entrasen en contacto con un mínimo roce al colocar un mechón de su cabello con una delicadeza casi hipnótica. Los esfuerzos que tuvo que hacer por no ponerse de los nervios y no parecer un auténtico tomate, sólo ella los conocía. ¿A qué diablos jugaba el rubio? ¿Cómo podía hacer algo así y pretender que no se pusiese de los nervios? ¿Estaba jugando con ella a caso? No, no lo creía. Si se paraba a pensarlo, dudaba que él estuviese jugando con ella, aunque para la pelirroja creer que él pudiese llegar a sentir algo por ella era casi imposible mientras su propio organismo le avisaba con un hormigueo en su estómago, de que algo pasaba allí, y de que algo en su interior quería que aquel juego improvisado entre ambos continuase.
Pero antes de que hiciese alguna estupidez, prefirió centrarse en la pregunta del chico - Un maldito hechizo. -refunfuñó recordándolo para taparse su cara con sus manos en un gesto de exasperación- Volatem ascendere. No se qué diablos me ha pasado hoy con él, que se me resiste como nunca me ha pasado con otro...espero que sea que no es mi día.
Re: Is a starry night (Rose)
Sonreí de lado cuando la escuché decir que no conseguiría ganarla a nada, aunque la verdad es que no era la primera vez. Solíamos picarnos con bastante frecuencia, así que la verdad es que casi siempre quedaban en empate o en huída por parte de alguno de los dos. Estaba seguro que mi padre querría que la pusiera en ridículo por ser hija de una sangre sucia, como solía llamar a Hermione Granger aún después de los años. Pese a es, su gran desagrado en esa familia eran Ron y Harry Potter, aunque yo intentaba mantenerme al margen ya que el segundo era el padre de Albus y con eso ya había decepcionado suficiente a mi padre. Resoplé perdido en mis pensamientos para después soltar con media carcajada en los labios.-¿Soñar despierto? ¿Quién dice que tú formes parte de mis sueños Weasley?-bromeé.
Tal vez era cierto, en ocasiones no controlaba mi subconsciente, pero no podía evitarlo, simplemente me callaba y seguía con el resto de mi vida. ¿Cómo se podía pensar en que algo que te prohíban es justo en lo que te fijas? Comenzaba a pensar que tenía un problema. Me negaron hacerme amigo de cualquier persona que tuviese el apellido Weasley o Potter en su nombre o familia, pero yo, lejos de ser un hijo obediente y agradecido, me había saltado todas las normas al hacerme amigo de Albus, y además, no me arrepentía de ello, para desagrado de mi padre. Y ahora, estaba la pelirroja que se sentaba junto a mi. No sabía cómo había sido, ni cuándo en todos estos años, pero la verdad es que las cosas eran diferentes, que yo mismo me notaba distinto cuando estaba con ella. Por un lado era una sensación agradable, pero por el otro me aterrorizaba. Quizá por eso, cuando me dijo que podía contárselo, negué con la cabeza como si fuese una idea estúpida. Un pensamiento pasajero. La miré de reojo con media sonrisa nostálgica.-No te preocupes, solo son pensamientos de ida y vuelta. Tal vez algún día te lo cuente.-susurré. Tal vez. El día que me diese al valor suficiente para poder echarle agallas.
Después, casi por instinto, mi mano se dirigió al mechón de pelo suelto de la chica. Aquel cabello pelirrojo que tanto me gustaba, aunque no quisiera admitirlo. Mantuve mi mano tras su oreja para después retirarla, mis ojos se fijaron en los azules de ella, bonitos y claros, diferentes a los que estaba acostumbrados. Era increíble que Rose fuese capaz de darme aquella seguridad y confianza cuando en ocasiones sería capaz de matarla. Pero sabía que eso solo se debía a una cosa, pero aún no quería admitirlo. No quería, o no podía. Cogí aire y sonreí de nuevo escuchando la razón por la que estaba allí arriba. - Tal vez debas dejar de exigirte tanto, parece que la sombra de tu madre es alargada. -susurré antes de ponerme de pie.- Pero tú no eres ella, y eso lo ve hasta un ciego.-guiñé el ojo y me fui hasta la barandilla, apoyando mi cuerpo en ella. Se escuchaba una música tenue desde allí, seguramente de algún alumno de Ravenclaw o Gryffindor que pretendía relajarse antes de dormir.
Tal vez era cierto, en ocasiones no controlaba mi subconsciente, pero no podía evitarlo, simplemente me callaba y seguía con el resto de mi vida. ¿Cómo se podía pensar en que algo que te prohíban es justo en lo que te fijas? Comenzaba a pensar que tenía un problema. Me negaron hacerme amigo de cualquier persona que tuviese el apellido Weasley o Potter en su nombre o familia, pero yo, lejos de ser un hijo obediente y agradecido, me había saltado todas las normas al hacerme amigo de Albus, y además, no me arrepentía de ello, para desagrado de mi padre. Y ahora, estaba la pelirroja que se sentaba junto a mi. No sabía cómo había sido, ni cuándo en todos estos años, pero la verdad es que las cosas eran diferentes, que yo mismo me notaba distinto cuando estaba con ella. Por un lado era una sensación agradable, pero por el otro me aterrorizaba. Quizá por eso, cuando me dijo que podía contárselo, negué con la cabeza como si fuese una idea estúpida. Un pensamiento pasajero. La miré de reojo con media sonrisa nostálgica.-No te preocupes, solo son pensamientos de ida y vuelta. Tal vez algún día te lo cuente.-susurré. Tal vez. El día que me diese al valor suficiente para poder echarle agallas.
Después, casi por instinto, mi mano se dirigió al mechón de pelo suelto de la chica. Aquel cabello pelirrojo que tanto me gustaba, aunque no quisiera admitirlo. Mantuve mi mano tras su oreja para después retirarla, mis ojos se fijaron en los azules de ella, bonitos y claros, diferentes a los que estaba acostumbrados. Era increíble que Rose fuese capaz de darme aquella seguridad y confianza cuando en ocasiones sería capaz de matarla. Pero sabía que eso solo se debía a una cosa, pero aún no quería admitirlo. No quería, o no podía. Cogí aire y sonreí de nuevo escuchando la razón por la que estaba allí arriba. - Tal vez debas dejar de exigirte tanto, parece que la sombra de tu madre es alargada. -susurré antes de ponerme de pie.- Pero tú no eres ella, y eso lo ve hasta un ciego.-guiñé el ojo y me fui hasta la barandilla, apoyando mi cuerpo en ella. Se escuchaba una música tenue desde allí, seguramente de algún alumno de Ravenclaw o Gryffindor que pretendía relajarse antes de dormir.
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Re: Is a starry night (Rose)
Una de sus cejas se alzó inconscientemente como si aquello fuese necesario e intrínseco ante las palabras del rubio. El mero pensamiento de que ella pudiese estar presente en sus sueños le gustaba tanto como le hacía gracia.
Dejando a un lado lo divertido que podría ser para ella meterse con él por aquello, tenía que reconocer que le causaría una gran simpatía y sin duda le ablandaría. El hecho de que un Malfoy pudiese llegar a soñar con una Weasley sería considerado por muchos como algo épico.
- Al parecer tú...pero eh, no tienes nada de lo que avergonzarte Scorp, es normal...-comentó antes de echarse a reír negando con la cabeza a continuación, por la de flores que se estaba echando a sí misma.
Asintió con la cabeza ligeramente, tratando de quitarle importancia al asunto. - Está bien. Cuando lo necesites, ya sabes.
No era una persona a la que le gustase presionar a los demás cuando quería que le contasen algo, y es que prefería que todo surgiese cuando debía, no cuando ella lo deseaba -todo pasaba por alguna razón...¿no?- y aunque a muchos ese "cuando lo necesites, ya sabes" pudiese sonar a que no le interesaba lo más mínimo lo que le ocurriese a Scorpius, ambos sabían que era así, que siempre que le necesitase ella estaría allí para hablar o lo que fuese y realmente esperaba que el rubio fuese consciente de ello -es más, la pelirroja consideraba que lo era-.
Rose bajó su vista delicadamente al entrar en contacto la mano del chico con ella, y es que con el más mínimo roce inconscientemente se volvía todo lo tímida que no era habitualmente con él. Siempre había sido muy abierta con todos, pero algo había en el roce con el rubio que le hacía perder el control de la situación y cerrarse en banda como un animal indefenso. Para cuando él retiró su mano, ella tuvo la valentía -o la temeridad según se mire- de elevar su vista de nuevo y cuando quiso darse cuenta, estaba perdida en los ojos verdes del muchacho, que parecía observar los suyos de la misma forma.
En esos instantes tuvo la impresión de haberse perdido algo, de haberse perdido más tiempo del recomendado en la mirada del muchacho, y en esas vio cómo se levantaba con su gracia y elegancia habitual y pronunciaba un par de palabras que provocaron que el ceño de la chica se frunciese fastidiada al saber que tenía toda la razón del mundo. Cuándo iba a contestarle, se vió sorprendida por una frase más acompañada de un guiño que le dejó fuera de combate.
¿Estaba haciéndolo a posta para ponerle nerviosa? No lo sabía, pero debía mostrarse entera, como si todo aquello no tuviese repercusión en ella por lo que, se permitió unos segundos de soledad mientras le veía caminar para respirar hondo y refunfuñar- Supongo que tienes razón...tal vez me ofusque demasiado con este asunto.
Se levantó tras decir esto, sacudiéndose con sus manos la capa liberándola de la posible suciedad que se hubiese quedado en ella para después dar un par de pasos con lentitud y cierto ritmo tranquilo por allí sin prisa alguna por llegar a dónde él estaba. Es más, prefirió caminar por allí sin detenerse, hasta aproximarse a la barandilla y dar un par de pasos toqueteándola con los dedos de una de sus manos siguiendo la suave melodía que llegaba hasta la torre y por algún motivo, no tuvo la necesidad de pronunciar una palabra tal vez por dejarse llevar por la musiquilla que sonaba.
Dejando a un lado lo divertido que podría ser para ella meterse con él por aquello, tenía que reconocer que le causaría una gran simpatía y sin duda le ablandaría. El hecho de que un Malfoy pudiese llegar a soñar con una Weasley sería considerado por muchos como algo épico.
- Al parecer tú...pero eh, no tienes nada de lo que avergonzarte Scorp, es normal...-comentó antes de echarse a reír negando con la cabeza a continuación, por la de flores que se estaba echando a sí misma.
Asintió con la cabeza ligeramente, tratando de quitarle importancia al asunto. - Está bien. Cuando lo necesites, ya sabes.
No era una persona a la que le gustase presionar a los demás cuando quería que le contasen algo, y es que prefería que todo surgiese cuando debía, no cuando ella lo deseaba -todo pasaba por alguna razón...¿no?- y aunque a muchos ese "cuando lo necesites, ya sabes" pudiese sonar a que no le interesaba lo más mínimo lo que le ocurriese a Scorpius, ambos sabían que era así, que siempre que le necesitase ella estaría allí para hablar o lo que fuese y realmente esperaba que el rubio fuese consciente de ello -es más, la pelirroja consideraba que lo era-.
Rose bajó su vista delicadamente al entrar en contacto la mano del chico con ella, y es que con el más mínimo roce inconscientemente se volvía todo lo tímida que no era habitualmente con él. Siempre había sido muy abierta con todos, pero algo había en el roce con el rubio que le hacía perder el control de la situación y cerrarse en banda como un animal indefenso. Para cuando él retiró su mano, ella tuvo la valentía -o la temeridad según se mire- de elevar su vista de nuevo y cuando quiso darse cuenta, estaba perdida en los ojos verdes del muchacho, que parecía observar los suyos de la misma forma.
En esos instantes tuvo la impresión de haberse perdido algo, de haberse perdido más tiempo del recomendado en la mirada del muchacho, y en esas vio cómo se levantaba con su gracia y elegancia habitual y pronunciaba un par de palabras que provocaron que el ceño de la chica se frunciese fastidiada al saber que tenía toda la razón del mundo. Cuándo iba a contestarle, se vió sorprendida por una frase más acompañada de un guiño que le dejó fuera de combate.
¿Estaba haciéndolo a posta para ponerle nerviosa? No lo sabía, pero debía mostrarse entera, como si todo aquello no tuviese repercusión en ella por lo que, se permitió unos segundos de soledad mientras le veía caminar para respirar hondo y refunfuñar- Supongo que tienes razón...tal vez me ofusque demasiado con este asunto.
Se levantó tras decir esto, sacudiéndose con sus manos la capa liberándola de la posible suciedad que se hubiese quedado en ella para después dar un par de pasos con lentitud y cierto ritmo tranquilo por allí sin prisa alguna por llegar a dónde él estaba. Es más, prefirió caminar por allí sin detenerse, hasta aproximarse a la barandilla y dar un par de pasos toqueteándola con los dedos de una de sus manos siguiendo la suave melodía que llegaba hasta la torre y por algún motivo, no tuvo la necesidad de pronunciar una palabra tal vez por dejarse llevar por la musiquilla que sonaba.
Re: Is a starry night (Rose)
Me giré cuando escuché su respuesta a lo de soñar despierto. Aquella vez fijé mis ojos en los de ella como si de alguna manera pretendiera hacerle saber que eso no era así, que ella no aparecía en mis sueños ni por asomo. Pese a eso, acabé paseando mi mirada por la estancia por miedo a que descubriese que en cierto modo, sí que era así, que ella estaba presente en muchas partes de mis subconsciente aunque aún no fuese capaz de admitirlo. Seguramente era un cobarde, pero no podía pronunciar siquiera las palabras, no era capaz de echar por tierra todo aquello en lo que intentaba trabajar, aunque la verdad era que yo no me parecía en absoluto a mi padre. Él siempre había puesto por delante de los que ama sus obligaciones, por lo que los que le rodeábamos quedábamos siempre en un plano en el que él nunca lograba fijarse en nosotros. Desde niño me había sentido así, me daba la sensación de que si estaba en aquel mundo era porque él necesitaba un heredero, aunque al final no hubiese salido como él deseaba. Si pudiese estaba seguro de que tendría otro hijo para enmendar el error. Carraspeé volviendo al momento actual, dándome cuenta de que a quien tenía al lado no era a mi padre, si no a Rose Weasley, gran culpable de ser parte del inicio de mis problemas, aunque interiormente sabía que no me molestaba.-Puedes contestar eso porque te dije que es mentira pero...-dije en un susurro acercándome al rostro de la chica.- ¿qué harías si te hubiese dicho que sí pienso en ti antes de acostarme por las noches?-susurré. Era un juego...puede ser, pero no dejaba de ser verdad, aunque eso solo lo supiese yo.
Asentí a modo de agradecimiento cuando me dijo que podía contárselo en cuanto quisiera. Lo sabía, sabía que ella era una especie de puerto seguro al que acudir. Después, mi mano actuó como si fuese una parte completamente independiente de mi cuerpo. Intenté disimular lo suave que me pareció aquel mechón de cabello y lo mucho que en el fondo me gustaba tocarla, casi la hacía parecer real. Mantuve mis ojos fijos en los de ella, como si estuviese cayéndome en un pozo de agua azul y no hubiese nadie para echarme una cuerda. Sabía que me ahogaba pero no me molestaba. Parpadeé dándome cuenta de lo imbécil que debía parecer, aparté mis ojos fijándome en el paisaje e intentando olvidarme de aquel momento. Había un límite de tiempo en el que si seguías mirando a una persona a los ojos se volvía incómodo, si no lo hacía...bueno, entonces los problemas de los que debías preocuparte no eran solo el de parecer un idiota.
Me levanté con calma y fui hacia la barandilla, apoyándome y contestando a la chica. Hermione Granger era una mujer brillante, hija de muggles y amiga de Harry Potter. Sabía que mi padre la odiaba a pesar de que con el tiempo había aprendido a tolerarla, o por lo menos eso parecía. Pero Rose no se parecía a ella, Rose era Rose y no había más. Sabía que era que te comparasen con tu padre siempre, una carga con la que nadie debería cargar jamás. Notaba la brisa fría en mi rostro, y escuchaba aquella música de fondo, una música que seguramente era de origen muggle pero que me parecía preciosa. Noté como la pelirroja se acercaba y ponía recostada en la barandilla, como sus dedos seguían el ritmo de la música...y de repente, me giré hacia ella.- Como hemos llegado a un acuerdo antes, y esta noche ni yo soy yo ni tú eres tú, y hay una tregua.-susurré.- Dime, ¿sabes bailar?-propuse. Era una cosa estúpida, pero mi impulsividad me había conducido hasta ahí de nuevo.
Asentí a modo de agradecimiento cuando me dijo que podía contárselo en cuanto quisiera. Lo sabía, sabía que ella era una especie de puerto seguro al que acudir. Después, mi mano actuó como si fuese una parte completamente independiente de mi cuerpo. Intenté disimular lo suave que me pareció aquel mechón de cabello y lo mucho que en el fondo me gustaba tocarla, casi la hacía parecer real. Mantuve mis ojos fijos en los de ella, como si estuviese cayéndome en un pozo de agua azul y no hubiese nadie para echarme una cuerda. Sabía que me ahogaba pero no me molestaba. Parpadeé dándome cuenta de lo imbécil que debía parecer, aparté mis ojos fijándome en el paisaje e intentando olvidarme de aquel momento. Había un límite de tiempo en el que si seguías mirando a una persona a los ojos se volvía incómodo, si no lo hacía...bueno, entonces los problemas de los que debías preocuparte no eran solo el de parecer un idiota.
Me levanté con calma y fui hacia la barandilla, apoyándome y contestando a la chica. Hermione Granger era una mujer brillante, hija de muggles y amiga de Harry Potter. Sabía que mi padre la odiaba a pesar de que con el tiempo había aprendido a tolerarla, o por lo menos eso parecía. Pero Rose no se parecía a ella, Rose era Rose y no había más. Sabía que era que te comparasen con tu padre siempre, una carga con la que nadie debería cargar jamás. Notaba la brisa fría en mi rostro, y escuchaba aquella música de fondo, una música que seguramente era de origen muggle pero que me parecía preciosa. Noté como la pelirroja se acercaba y ponía recostada en la barandilla, como sus dedos seguían el ritmo de la música...y de repente, me giré hacia ella.- Como hemos llegado a un acuerdo antes, y esta noche ni yo soy yo ni tú eres tú, y hay una tregua.-susurré.- Dime, ¿sabes bailar?-propuse. Era una cosa estúpida, pero mi impulsividad me había conducido hasta ahí de nuevo.
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Re: Is a starry night (Rose)
No sabía si era por la cercanía, por sus palabras o por el conjunto de todo ello pero la pelirroja pudo notar como su pulso se aceleraba. Parecía una sensación enfermiza...como algo intrínseco cada vez que Scorpius se le acercaba y empleaba con ella aquel tono suave y cálido en su voz, que parecía esconder mucho más de lo que contaba. Le gustaba...pero a la vez lo odiaba; se sentía vulnerable ante él, y eso era lo peor que podía pasarle a alguien como ella con alguien como él. Aunque su primera opción fue derretirse allí, su segunda opción y la que le parecía más racional entonces, era quitarle hierro al asunto y no dejar que le embargase.- No lo se...dudo que me vea alguna vez en esa situación en la que Scorpius Malfoy sueñe conmigo...¿me equivoco? -dijo en un murmullo similar al de él, sin poder evitar mostrar una sonrisa de la cuál se arrepintió segundos después.
Por un momento, estuvo en trance ante toda aquella situación. El contacto y la suavidad de Scorpius, y el perderse en sus ojos verdes no era algo a lo que estuviese acostumbrada ni con lo que pudiese lidiar fácilmente...de hecho se le hacía muy complicado no dejarse llevar por lo que pudiese llegar a sentir.
Scorpius era, cuando se empeñaba, seguramente el chico con el que toda chica soñaba y era fácil saber por qué. Tenía algo especial que era innegable, y lo peor es que él mismo lo sabía y se encargaba de jugar con ello como quién tiene un as en la manga, pero en esos momentos en los que por un instante dejaba de lado aquella faceta, era cuándo la joven se sentía más a gusto a su lado. Pero ella misma, fue consciente de la reacción del joven porque simplemente, fue muy similar a la suya cuándo se dio cuenta de que aquello podía llegar a resultar extraño...¿acaso él estaba en la misma situación que ella? No, no podía ser posible. Ella era una Weasley...era imposible, ¿no?
Pero su propuesta le cogió totalmente desprevenida, y una vez más, le sorprendió. No supo por qué, pero quiso aceptar y ni se permitió a ella misma el beneficio de la duda.- No sabía yo que Scorpius Malfoy supiese bailar...pero en cualquier caso será un verdadero placer. -Sentenció instantes después con una ligera sonrisa, denotando una timidez recién adquirida, para separarse de la barandilla y estirar su brazo, ofreciéndole así su mano a modo de invitación.
Sin duda, iba a agradecerle infinitamente a quien estuviese tocando aquella preciosa melodía aquella noche, porque parecía que la suerte no podía estar más a su favor.
U: Perdón por la demora, me ha sido imposible contestar antes u.u <3
Por un momento, estuvo en trance ante toda aquella situación. El contacto y la suavidad de Scorpius, y el perderse en sus ojos verdes no era algo a lo que estuviese acostumbrada ni con lo que pudiese lidiar fácilmente...de hecho se le hacía muy complicado no dejarse llevar por lo que pudiese llegar a sentir.
Scorpius era, cuando se empeñaba, seguramente el chico con el que toda chica soñaba y era fácil saber por qué. Tenía algo especial que era innegable, y lo peor es que él mismo lo sabía y se encargaba de jugar con ello como quién tiene un as en la manga, pero en esos momentos en los que por un instante dejaba de lado aquella faceta, era cuándo la joven se sentía más a gusto a su lado. Pero ella misma, fue consciente de la reacción del joven porque simplemente, fue muy similar a la suya cuándo se dio cuenta de que aquello podía llegar a resultar extraño...¿acaso él estaba en la misma situación que ella? No, no podía ser posible. Ella era una Weasley...era imposible, ¿no?
Pero su propuesta le cogió totalmente desprevenida, y una vez más, le sorprendió. No supo por qué, pero quiso aceptar y ni se permitió a ella misma el beneficio de la duda.- No sabía yo que Scorpius Malfoy supiese bailar...pero en cualquier caso será un verdadero placer. -Sentenció instantes después con una ligera sonrisa, denotando una timidez recién adquirida, para separarse de la barandilla y estirar su brazo, ofreciéndole así su mano a modo de invitación.
Sin duda, iba a agradecerle infinitamente a quien estuviese tocando aquella preciosa melodía aquella noche, porque parecía que la suerte no podía estar más a su favor.
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