Girls night ~ Roxanne W./Lilly P.

Después de haber haber salido de clases y haber hecho una parada en la Sala Común de Slytherin,  en la cual había recuperado la capa de invisibilidad de las manos de su hermano, Lily había estado sumamente exaltada, más exaltada de lo normal. ¿Razón de su emoción? Todo se debía a la carta que había recibido de parte de Lucy, dónde la invitaba, o más bien forzaba, a asistir a su fiesta de pijamas en la Sala de Menésteres. La pelirroja no había creído necesario responder, su prima tenía que saber que su prescencia estaba asegurada. Le encantaban ese tipo de reuniones que hacían las chicas Weasley, pero le entristecía un poco el hecho de que aquel año fueran solo tres en vez de cinco, como solían ser. De todas formas, pensaba disfrutar al máximo esa ruptura de noches aburridas con sus compañeras de habitación, en las cuales Lily parecía ser la única con ganas de hablar y pocas de dormir. Y no es que no le gustara dormir, porque amaba hacerlo, pero sufría de insomio recurrente, lo que le provocaba despertarse destrozada por las mañanas. Pero eh, jamás se le notaba, después de ducharse volvía a sonreír como siempre. Y bueno, que, en fin, estaba extremadamente contenta de poder pasar una noche de verdad o reto, golosinas y secretos con sus primas.

Nueve y cuarto rezaba el reloj de la Sala Común, al cual los ojos de Lily continuaban regresando cada pocos segundos. ¿Porqué banshee las personas no subían ya a sus habitaciones? Sabía que no podía correr el riesgo de que los niñitos de primero, los que pensaban que podían dormir a cualquier hora ya que sus padres no los estaban supervisando, la delataran. Los sacaría a patadas, no quería llegar tarde a su fantástica fiesta privada. Pasaron cinco minutos más y, finalmente, Lily fue capaz de cerrar la revista de quidditch que había estado pretendiendo leer y sacar la especial capa de su padre de su bolso, dónde tenía su pijama, varios dulces y algun que otro sortilegio Weasley por si se les ocurría hacer alguna broma. Ah, y, como no, el mapa del Merodeador. Albus y Lily, ahora que no estaba James, habían accedido a tener cada uno los objetos por una semana, mientras Lily tenía la capa, Albus tenía el mapa y viceversa. Menos mal que su hermano era comprensivo y adorable, porque de haber sido el mayor, la pecosa estaba segura de que no habría conseguido entrar en posesión de ambos, ni siquiera por unas horas. Merlín bendiciera a Albus Potter, el mejor hermano del mundo entero.
La pelirroja se puso de pie y, con mucho cuidado se colocó la capa sobre los hombros, mientras se echaba el bolso al hombro y apuntaba el mapa del merodeador con su varita. "Juro que mis intenciones no son buenas" susurró la menor de los Potter y el pergamino cobró vida. Después de asegurarse que no había nadie por los alrededores de la Sala Común de Gryffindor, guardó el mapa en su bolso y se cubrió completamente con la capa. No es que Potter no pudiera escabullirse sin ayuda de ese objeto mágico, pero le daba a todo un poco más de suspenso y misterio, y Lily era toda una reina del drama.

Lily tuvo que mirar tres veces para asegurarse que era el lugar correcto, pues la puerta no aparecía. Cuando estaba a punto de ponerse realmente histérica, dicha puerta se reveló ante sus ojos. "Finalmente" pensó y la empujó, abriéndose paso. —¡Luucy Lu!— Exclamó la muchacha un segundo después de cerrar detrás de ella, y lanzó su bolso al sofá. Se acercó a su prima y le dió un abrazo, fuerte. De ver cualquiera la escena, habría pensado que no se veían hace años, cuando en realidad se habían cruzado hacía tan solo un par de horas.