Conectarse
Últimos temas
040
020
015
010
000
020
.:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
2 participantes
Página 1 de 1.
.:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
SÁBADO 8 DE ENERO DEL 2022 | 11:33 | 3°C | SALA COMÚN DE DURMSTRANG
Halsten había observado atentamente cada una de las reacciones de la castaña cuando le soltó esas palabras que al parecer la habían ofendido profundamente, la vio enrojecer antes de que lo mirara furibunda y se largara dejándolo solo. Tuvo el instinto de correr tras ella, sin embargo permaneció sentado, dejando que un sentimiento de molestia comenzara a colmarlo. Se sirvió otra ración de comida, aunque sinceramente no tenía hambre, y se obligó así mismo a comerla mientras pensaba en lo que había hecho enfurecer tanto a la castaña. ¿Se sentía culpable? A decir verdad eso era algo difícil en él, sobretodo porque aunque fuera culpable de herir o lastimar a alguien nunca lo reconocería y mucho menos pedir una disculpa, así que si la noruega esperaba que lo hiciera, bien podría esperar sentada.
Cuando terminó su desayuno, caminó por los jardines de Hogwarts, pese al frío que hacia y su humor mejoró notablemente cuando pudo fastidiar a unos Hufflepuff de años inferiores. Cuando se cansó de molestarlos regresó a su sala común. Su mirada se fijó en Vibeke que se encontraba ahí, arrugó el entrecejo, ligeramente molesto porque desechara un regalo suyo, y finalmente sus ojos brillaron con una nueva determinación. Sin hablarle, pasó de largo hacia su habitación, tomó el regalo de la castaña y regresó hasta ella. Le importaba un carajo que ella no lo quisiera, no lo había comprado para tirarlo, si alguien tenía que tirarlo era ella.
Se sentó frente a ella, viéndola fijamente, con su rostro desprovisto de emoción alguna, y demostrando una seriedad poco común en él. -Ten-dijo, extendiéndole el paquete envuelto en fino papel brilloso color plata.-Ábrelo siquiera..-siseó, mirándola con algo cercano al resentimiento brillando en su mirada. La miró largamente sin ceder, sosteniendo el paquete envuelto frente a ella.
Re: .:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
Llegó a la sala común despotricando mentalmente contra Vågnes e incluso contra ella misma por ser tan imbécil como para bajar la guardia. Se reprochaba sus modales, esa no era ella y no entendía que había en Vågnes que la invitaba a actuar de aquella forma tan políticamente incorrecta. Sus modales debían ser exquisitos. Caminó de un lado al otro frente a la chimenea fulminando con la mirada a cualquiera que se le acercara. Llegado un momento se detuvo en el lugar reprimiendo un gesto de exasperación. Nunca tenía ataques frente a testigos, y por supuesto no comenzaría en ese momento, pero sentía una fuerte necesidad de buscarse un lugar donde estar sola, aislada por un tiempo prolongado de todo ser vivo. Pero decía conformarse con lo que tenía: cero privacidad. Llevándose ambas manos a las sienes, cerró los ojos fuertemente, haciendo un esfuerzo descomunal para encerrar las emociones que se desataban dentro suyo. Luego de un minuto que le resultó eterno abrió los ojos y soltó un suspiro tembloroso. Miró a su alrededor, hacia las personas ajenas a la tormenta que había contenido en su interior.
Con movimientos cuidados y total rectitud tomó asiento frente a la chimenea, aparentando una calma que no sentía. No supo cuanto tiempo permaneció allí con la mirada pérdida en el fuego, hasta que logró serenarse del todo y su pulso comenzó a correr a un ritmo más normal. Pestañeó al captar un movimiento por el rabillo del ojo. Volvió la mirada lentamente hacia el frente. El resentimiento brilló fugazmente en su mirada al ver a Vågnes, pero se encargó de aplacarlo de inmediato, manteniendo el rostro sereno, con mucho esfuerzo. Bajó la mirada al paquete que le ofrecía. Sintió un fuerte deseo de tomarlo y aventárselo a la cabeza, pero reprimiendo cualquier reacción violenta extendió sus manos para tomar el regalo con sumo cuidado. Comenzó a desenvolverlo pero pensándoselo mejor lo dejó en su regazo y depositó sus manos delicadamente sobre el mismo. Forzó una sonrisa, la que solía utilizar en los eventos sociales de sus padres. La falsedad de aquella sonrisa era perceptible por muy pocos, ya que había pasado años perfeccionándola.
- Lo siento, Vågnes, me extralimité en el desayuno -murmuró con suma cortesía, su voz pausada y serena como si estuviera hablando con alguna de las amistades de su madre-. No pretendía decir lo que dije. Y estoy segura de que tu regalo me encantará -lo miró fijamente unos segundos manteniendo su falsa sonrisa, antes de bajar la mirada al regalo que continuó desenvolviendo con deliberada lentitud, preocupándose de no romperlo. Pestañeó una vez, dos veces mientras leía el título del libro. La sonrisa le costó un poco más esa vez. Alzó el rostro hacia él-. ¡Por Morgana, Vågnes! Es el mejor regalo que me hayan dado alguna vez -le costó lo indecible quitar todo sarcasmo de su voz-. Sin duda supera la escoba que me regaló mi padre -murmuró arrastrando las palabras, sobretodo porque se temía que no estaba muy alejada de la realidad en ese punto.
- Oh, es una pena que no haya comprado nada para ti -fingió pesar-. La falta de costumbre, ya sabes. Pero compraré algo adecuado para ti, algo que seguro te encantará -bajó la mirada fijándola en la tapa del libro, pretendiendo interés. No se le escapaba lo que Vågnes pretendía con ese regalo. Estaba segura de que si minutos antes no la hubiese puesto en su lugar con respecto a sus "malos" modales, sin duda habría respondido de forma muy diferente. Pero optó por relegar a Vågnes al trato que le prodigaba a las demás... que por supuesto, pertenecían a su círculo social, sepultando aquel abuso de confianza que hubiese utilizado anteriormente con él.
Con movimientos cuidados y total rectitud tomó asiento frente a la chimenea, aparentando una calma que no sentía. No supo cuanto tiempo permaneció allí con la mirada pérdida en el fuego, hasta que logró serenarse del todo y su pulso comenzó a correr a un ritmo más normal. Pestañeó al captar un movimiento por el rabillo del ojo. Volvió la mirada lentamente hacia el frente. El resentimiento brilló fugazmente en su mirada al ver a Vågnes, pero se encargó de aplacarlo de inmediato, manteniendo el rostro sereno, con mucho esfuerzo. Bajó la mirada al paquete que le ofrecía. Sintió un fuerte deseo de tomarlo y aventárselo a la cabeza, pero reprimiendo cualquier reacción violenta extendió sus manos para tomar el regalo con sumo cuidado. Comenzó a desenvolverlo pero pensándoselo mejor lo dejó en su regazo y depositó sus manos delicadamente sobre el mismo. Forzó una sonrisa, la que solía utilizar en los eventos sociales de sus padres. La falsedad de aquella sonrisa era perceptible por muy pocos, ya que había pasado años perfeccionándola.
- Lo siento, Vågnes, me extralimité en el desayuno -murmuró con suma cortesía, su voz pausada y serena como si estuviera hablando con alguna de las amistades de su madre-. No pretendía decir lo que dije. Y estoy segura de que tu regalo me encantará -lo miró fijamente unos segundos manteniendo su falsa sonrisa, antes de bajar la mirada al regalo que continuó desenvolviendo con deliberada lentitud, preocupándose de no romperlo. Pestañeó una vez, dos veces mientras leía el título del libro. La sonrisa le costó un poco más esa vez. Alzó el rostro hacia él-. ¡Por Morgana, Vågnes! Es el mejor regalo que me hayan dado alguna vez -le costó lo indecible quitar todo sarcasmo de su voz-. Sin duda supera la escoba que me regaló mi padre -murmuró arrastrando las palabras, sobretodo porque se temía que no estaba muy alejada de la realidad en ese punto.
- Oh, es una pena que no haya comprado nada para ti -fingió pesar-. La falta de costumbre, ya sabes. Pero compraré algo adecuado para ti, algo que seguro te encantará -bajó la mirada fijándola en la tapa del libro, pretendiendo interés. No se le escapaba lo que Vågnes pretendía con ese regalo. Estaba segura de que si minutos antes no la hubiese puesto en su lugar con respecto a sus "malos" modales, sin duda habría respondido de forma muy diferente. Pero optó por relegar a Vågnes al trato que le prodigaba a las demás... que por supuesto, pertenecían a su círculo social, sepultando aquel abuso de confianza que hubiese utilizado anteriormente con él.
Re: .:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
Debía admitir que estaba algo receloso y a la expectativa de la reacción de la castaña manteniendo el paquete frente a ella. ¿Y si no lo tomaba? ¿Podría simplemente dejárselo y largarse de ahí?... no, su orgullo era demasiado para un rechazo tan directo, si la castaña no lo tomaba él lo quemaría sin importarle nada más y la dejaría en paz. Su mirada empezaba a brillar, delatando el enfado que crecía en su interior. Estaba por retirar el regalo cuando finalmente la castaña lo tomó, estrechó la mirada sin saber como tomarse la sonrisa de Vibeke, pero no se movió mientras la observaba con atención.
Una lenta sonrisa ladeada apareció en su rostro ante la reacción de la castaña, ahí estaba de nuevo con esa apabullante cortesía que sabía muy bien que no merecía, y quizá fuera tachado de masoquista pero prefería mil veces la furia e insultos de la castaña que ese comportamiento de Vibeke Perfección Báthory haciendo gala de sus exquisitos modales, al menos la furia y los insultos eran algo real, y no esa actitud que ella acababa de tomar. -Claro que pretendías decir lo que dijiste...-siseó por lo bajo sin poder contenerse, para callarse abruptamente, quería que por lo menos la castaña abriera el regalo antes de lanzánselo a su cabeza.
Tuvo que morderse los labios para no soltar una carcajada al ver el rostro de la noruega.-Si, y esa es la sonrisa más falsa que he visto en mi vida...-rió él, sin poder contenerse totalmente divertido. Enarcó una ceja siguiendo cada una de sus palabras, y no por eso la sonrisa en sus labios desapareció, sin embargo se encontró desprovista de toda burla.-Lo cierto Báthory.. es que no necesitas comprarme nada, así que no te preocupes...-continuó esa vez imitando el tono cortés de ella. -A decir verdad espero que lo encuentres productivo..-de nuevo ese tono amable y cortés que nada tenía que ver con él, pero que había tenido que emplear en innumerables ocasiones para placer de su madre. Suspiró casi imperceptiblemente para finalmente apartar la castaña, se puso de pie y metió las manos en sus bolsillos, dejando que su mirada vagara por la sala común.-Quizá deberías abrir el libro, para contemplar el regalo completo-sugirió en un tono casual sin mirarla.
Era extraño el impulso que había tenido para comprarle ese regalo a la castaña, su madre lo había sorprendido en el Callejón Diagon sosteniendo el libro sobre técnicas de relajación, él sonreía totalmente divertido pensando lo tanto que le serviría a alguien como Vibeke eso, así como también podría adivinar los hechizos que volarían contra él si se lo regalaba. Su madre se había acercado a él preguntando preocupada si necesitaba algo como eso a lo que él había respondido con una estrepitosa risa, después de eso le había hablado a su madre de la hija de los Báthory. Aún recordaba el chillido de emoción que había provocado en su madre el simple hecho de que hablara con alguien de su antiguo círculo social. Tal fue la emoción de su madre, que se vio arrastrado a una tienda para comprarle un regalo, Halsten renegó inútilmente, porque pronto tenía un paquete con un colgante dentro. Había discutido con su madre diciendo que se vería muy raro que le regalara eso a alguien con quien simplemente hablaba de vez en cuando en Hogwarts, aunque en realidad lo que hacía era molestarla todo el tiempo. Su madre había hecho uno de sus típicos dramas a lo que Halsten terminó accediendo a darle el maldito colgante a la castaña, pero lo haría a su modo. Así que se encontró entrando a la librería para tomar un libro titulado "Hechizos y Encantamientos antiguos", había modificado la portada a la del libro de "técnicas de relajación contra el estrés" con la ayuda de su madre, quien lo había reprendido por esa broma tan infantil pero que finalmente había accedido. Así que la castaña tenía entre sus manos el libro de Hechizos con el colgante dentro, disfrazado con la portada de un libro contra estrés.
Una lenta sonrisa ladeada apareció en su rostro ante la reacción de la castaña, ahí estaba de nuevo con esa apabullante cortesía que sabía muy bien que no merecía, y quizá fuera tachado de masoquista pero prefería mil veces la furia e insultos de la castaña que ese comportamiento de Vibeke Perfección Báthory haciendo gala de sus exquisitos modales, al menos la furia y los insultos eran algo real, y no esa actitud que ella acababa de tomar. -Claro que pretendías decir lo que dijiste...-siseó por lo bajo sin poder contenerse, para callarse abruptamente, quería que por lo menos la castaña abriera el regalo antes de lanzánselo a su cabeza.
Tuvo que morderse los labios para no soltar una carcajada al ver el rostro de la noruega.-Si, y esa es la sonrisa más falsa que he visto en mi vida...-rió él, sin poder contenerse totalmente divertido. Enarcó una ceja siguiendo cada una de sus palabras, y no por eso la sonrisa en sus labios desapareció, sin embargo se encontró desprovista de toda burla.-Lo cierto Báthory.. es que no necesitas comprarme nada, así que no te preocupes...-continuó esa vez imitando el tono cortés de ella. -A decir verdad espero que lo encuentres productivo..-de nuevo ese tono amable y cortés que nada tenía que ver con él, pero que había tenido que emplear en innumerables ocasiones para placer de su madre. Suspiró casi imperceptiblemente para finalmente apartar la castaña, se puso de pie y metió las manos en sus bolsillos, dejando que su mirada vagara por la sala común.-Quizá deberías abrir el libro, para contemplar el regalo completo-sugirió en un tono casual sin mirarla.
Era extraño el impulso que había tenido para comprarle ese regalo a la castaña, su madre lo había sorprendido en el Callejón Diagon sosteniendo el libro sobre técnicas de relajación, él sonreía totalmente divertido pensando lo tanto que le serviría a alguien como Vibeke eso, así como también podría adivinar los hechizos que volarían contra él si se lo regalaba. Su madre se había acercado a él preguntando preocupada si necesitaba algo como eso a lo que él había respondido con una estrepitosa risa, después de eso le había hablado a su madre de la hija de los Báthory. Aún recordaba el chillido de emoción que había provocado en su madre el simple hecho de que hablara con alguien de su antiguo círculo social. Tal fue la emoción de su madre, que se vio arrastrado a una tienda para comprarle un regalo, Halsten renegó inútilmente, porque pronto tenía un paquete con un colgante dentro. Había discutido con su madre diciendo que se vería muy raro que le regalara eso a alguien con quien simplemente hablaba de vez en cuando en Hogwarts, aunque en realidad lo que hacía era molestarla todo el tiempo. Su madre había hecho uno de sus típicos dramas a lo que Halsten terminó accediendo a darle el maldito colgante a la castaña, pero lo haría a su modo. Así que se encontró entrando a la librería para tomar un libro titulado "Hechizos y Encantamientos antiguos", había modificado la portada a la del libro de "técnicas de relajación contra el estrés" con la ayuda de su madre, quien lo había reprendido por esa broma tan infantil pero que finalmente había accedido. Así que la castaña tenía entre sus manos el libro de Hechizos con el colgante dentro, disfrazado con la portada de un libro contra estrés.
Re: .:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
Ignoró los comentarios de Vågnes porque se temía que sus intentos de mostrarse cortés y educada fracasarían terriblemente si respondía a su actitud. ¿Cuánto tiempo sería el estipulado para quedarse frente a él, fingiendo aceptar ese estúpido regalo sin que fuera considerada descortés por retirarse? Su mirada se volvió pensativa mientras acariciaba la tapa del libro, debía darle mérito a ello al menos: La pasta del libro era preciosa. Suspiró pesadamente y alzó la mirada hacia él-. Oh, pero sí me preocupo, ¿cómo podría ser tan descortés como para no devolverte semejante gesto? -murmuró sin mirarlo. Apretó la mandíbula y forzó su sonrisa un poco más-. Estoy segura de que será productivo -quizás podría sostener la pata de la mesa de la sala común, lo muebles de aquel lugar dejaban mucho que desear. Finalmente se fijó en él, disimulando su tedio. Asintiendo con suavidad se dispuso a abrir aquel estúpido libro.
Lo hojeó con desinterés, sin mirarlo realmente, pero a medida que iba pasando las páginas algunos pasajes llamaron su atención. Frunció el ceño y se detuvo en una página para leer el tema. Arqueando una ceja, le dirigió una mirada suspicaz a Vågnes antes de continuar hojeando el libro. Estaba tan concentrada en el contenido que apenas advirtió que algo caía de entre las páginas. Apartando el libro de su regazo, buscó con la mirada lo que había caído. El brillo plateado sobre su falda negra le permitió encontrarlo sin inconveniente. Alzó la delicada cadenita a la altura de sus ojos y acarició casi con reverencia el fino colgante. Era realmente precioso. Como si acabara de comprender que ese había sido el verdadero regalo de Vågnes, apretó en un puño el dije y alzó la mirada hacia él, sin saber que decir.
- Es... muy hermoso. -dijo finalmente mordiéndose el labio, mientras depositaba la mirada nuevamente en el colgante. Tan hermoso como era no podía creer que fuera un regalo del noruego hacia ella. Casi esperaba que extendiera su mano para arrebatarle el colgante, alegando que no era para ella-. Gracias -dijo de forma dubitativa, todavía no muy segura de como reaccionar ante ello. Además de que el libro tampoco parecía ser lo que había pretendido en un principio.
Lo hojeó con desinterés, sin mirarlo realmente, pero a medida que iba pasando las páginas algunos pasajes llamaron su atención. Frunció el ceño y se detuvo en una página para leer el tema. Arqueando una ceja, le dirigió una mirada suspicaz a Vågnes antes de continuar hojeando el libro. Estaba tan concentrada en el contenido que apenas advirtió que algo caía de entre las páginas. Apartando el libro de su regazo, buscó con la mirada lo que había caído. El brillo plateado sobre su falda negra le permitió encontrarlo sin inconveniente. Alzó la delicada cadenita a la altura de sus ojos y acarició casi con reverencia el fino colgante. Era realmente precioso. Como si acabara de comprender que ese había sido el verdadero regalo de Vågnes, apretó en un puño el dije y alzó la mirada hacia él, sin saber que decir.
- Es... muy hermoso. -dijo finalmente mordiéndose el labio, mientras depositaba la mirada nuevamente en el colgante. Tan hermoso como era no podía creer que fuera un regalo del noruego hacia ella. Casi esperaba que extendiera su mano para arrebatarle el colgante, alegando que no era para ella-. Gracias -dijo de forma dubitativa, todavía no muy segura de como reaccionar ante ello. Además de que el libro tampoco parecía ser lo que había pretendido en un principio.
Re: .:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
Apenas miró a la castaña por el rabillo del ojo al escucharla, empezaba a odiar ese tono cortés y esa sonrisa falsa en Vibeke, se encargaría que por lo menos le mostrara un auténtico enojo, pensó con cierta irritación. Se mordió la lengua para contener la sarta de palabras altisonantes que aparecieron en su cabeza por su actitud, y resopló cuando ella finalmente abrió el maldito libro.
Rodó lo los ojos cuando la castaña encontró el maldito colgante que su madre le había insistido en darle, sintiéndose algo incómodo por la situación compuso en su rostro un gesto indiferente mientras se alejaba de ella con suma lentitud, caminó hacia la chimenea haciendo que su mirada se perdiera en el chispeante fuego. Sus palabras le hicieron girarse para verla con una ceja enarcada.-Tengo buen gusto..-siseó sin poder contenerse, ella no tendría que enterarse de que el regalo fue escogido por su madre.-No es nada-terminó diciendo, agitando la mano en un gesto para restarle importancia, y de paso terminar con esa situación tan incomoda para él.
La miró ligeramente sin saber exactamente que decir, antes de dejarse caer descuidadamente en un sillón bastante alejado de ella. Se llevó las manos a la nuca y cerró los ojos mientras sus piernas se cruzaban posándose sobre la mesa del centro, recobrando su actitud normal.-¿Enserio esa porquería le gana a una escoba?-soltó de pronto recordando sus palabras, abriendo abruptamente sus ojos y fijándolos en ella-¡No hay nada mejor que una escoba!-chilló, alterado ante la estúpida idea de que un libro y una baratija fuera mejor que una escoba.-¡agg, el mundo es tan injusto!-murmuró con dramatismo, antes de cerrar los ojos de nuevo, esta vez con el ceño fruncido. Vibeke tenía una escoba y prefería un libro, él tenía un maldito libro y quería una escoba: ¡Definitivamente tenían padres equivocados y la vida era un maldita perra! Pensó con cierta acritud.
Rodó lo los ojos cuando la castaña encontró el maldito colgante que su madre le había insistido en darle, sintiéndose algo incómodo por la situación compuso en su rostro un gesto indiferente mientras se alejaba de ella con suma lentitud, caminó hacia la chimenea haciendo que su mirada se perdiera en el chispeante fuego. Sus palabras le hicieron girarse para verla con una ceja enarcada.-Tengo buen gusto..-siseó sin poder contenerse, ella no tendría que enterarse de que el regalo fue escogido por su madre.-No es nada-terminó diciendo, agitando la mano en un gesto para restarle importancia, y de paso terminar con esa situación tan incomoda para él.
La miró ligeramente sin saber exactamente que decir, antes de dejarse caer descuidadamente en un sillón bastante alejado de ella. Se llevó las manos a la nuca y cerró los ojos mientras sus piernas se cruzaban posándose sobre la mesa del centro, recobrando su actitud normal.-¿Enserio esa porquería le gana a una escoba?-soltó de pronto recordando sus palabras, abriendo abruptamente sus ojos y fijándolos en ella-¡No hay nada mejor que una escoba!-chilló, alterado ante la estúpida idea de que un libro y una baratija fuera mejor que una escoba.-¡agg, el mundo es tan injusto!-murmuró con dramatismo, antes de cerrar los ojos de nuevo, esta vez con el ceño fruncido. Vibeke tenía una escoba y prefería un libro, él tenía un maldito libro y quería una escoba: ¡Definitivamente tenían padres equivocados y la vida era un maldita perra! Pensó con cierta acritud.
Re: .:Ti jævla gave!:. ~ Vibeke Báthory
Arqueó una ceja y observó a Vågnes detenidamente, finalmente rodó los ojos y bajó la mirada al colgante una vez más. Pensó en colocarse el colgante pero prefirió guardarlo para ponérselo luego. El libro que al final había resultado ser de Encantamientos era bastante interesante, leyó una definición de un encantamiento antiguo y sonrió levemente, antes de alzar la mirada hacia Vågnes que se había tirado en el sillón de mala manera. Apretó la mandíbula cuando se refirió al libro como "porquería". ¿Por qué le costaba tanto mantenerse en esa actitud educada con él? Claro que él no se lo ponía fácil. Suspiró pesadamente.
Forzando una sonrisa inclinó el rostro-. Me gustan los libros, sí... -murmuró de forma ambigua sin agregar nada más, no sintiendo deseos de agregar nada más en realidad. En silencio continuó leyendo algunos pasajes del libro, ajena a la pataleta infantil del noruego. Se acarició la barbilla de forma distraída mientras leía. Finalmente con el ceño fruncido se volvió hacia él nuevamente-. Es extraño que hayas acertado en mis gustos... -inquirió mirándolo atentamente-. ¿Sabes que Encantamientos es mi materia favorita? Es increíble que hayas sido tan certero. Eso sin duda lo has sacado de tu madre -murmuró, recordaba que Irene era bastante generosa y perceptiva a la hora de elegir regalos. Su madre tenía unas preciosas joyas que habían sido regalo de aquella mujer, y siempre sabía elegir lo adecuado. Sin embargo, la intención de su comentario era demostrarse quizás a sí misma, que podía mantenerse civilizada frente a una conversación banal con Vågnes. No parecía muy complicado siempre y cuando él no abriera la boca.
Forzando una sonrisa inclinó el rostro-. Me gustan los libros, sí... -murmuró de forma ambigua sin agregar nada más, no sintiendo deseos de agregar nada más en realidad. En silencio continuó leyendo algunos pasajes del libro, ajena a la pataleta infantil del noruego. Se acarició la barbilla de forma distraída mientras leía. Finalmente con el ceño fruncido se volvió hacia él nuevamente-. Es extraño que hayas acertado en mis gustos... -inquirió mirándolo atentamente-. ¿Sabes que Encantamientos es mi materia favorita? Es increíble que hayas sido tan certero. Eso sin duda lo has sacado de tu madre -murmuró, recordaba que Irene era bastante generosa y perceptiva a la hora de elegir regalos. Su madre tenía unas preciosas joyas que habían sido regalo de aquella mujer, y siempre sabía elegir lo adecuado. Sin embargo, la intención de su comentario era demostrarse quizás a sí misma, que podía mantenerse civilizada frente a una conversación banal con Vågnes. No parecía muy complicado siempre y cuando él no abriera la boca.
Temas similares
» дом —Vibeke Báthory
» Lejos de todos | Vibeke Báthory
» Familia Báthory ~ [0/2]
» Here we go || Vibeke
» Lejos de todos | Vibeke Báthory
» Familia Báthory ~ [0/2]
» Here we go || Vibeke
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Oct 01, 2014 12:47 pm por Invitado
» Avada Kedavra -Foro nuevo- (Afiliación Élite)
Sáb Sep 27, 2014 10:59 pm por Invitado
» Deus ex Heros {Élite}
Sáb Sep 27, 2014 12:28 pm por Invitado
» Búsqueda de Rol
Mar Sep 02, 2014 10:43 am por Ian Sabbagh
» Notificación Importante
Mar Sep 02, 2014 10:41 am por Ian Sabbagh
» Solicitud de nuevo boton
Jue Ago 28, 2014 11:29 pm por Invitado
» || Blaze of Glory || Afiliación Normal
Mar Ago 26, 2014 6:36 am por Invitado
» Pensando título || Relas de Jayden Lindermann
Lun Ago 18, 2014 1:47 pm por Jayden B. Lindermann
» THE MORTAL INSTRUMENTS - NORMAL -RE APERTURA
Dom Ago 17, 2014 3:09 pm por Invitado