"Høst i innsjøen" ~ Halsten Johan Vågnes

Tuvo que morderse la lengua para no responder a la indignación de la castaña, pese a eso una lenta y maliciosa sonrisa se instaló en su rostro, totalmente incrédulo. En su mente empezaron a anotarse diversos detalles de Báthory, le tenía miedo al calamar, o a él... o ambos... pensó divertido, mientras empezaba a maquilar la manera de sacarle provecho a eso, no lo haría en ese momento, pero encontraría la mejor manera de sacarle jugo a esa información en el futuro. Siempre había sido así, aprovechaba las debilidades de los demás para su diversión, y aunque Vibeke comenzaba a ... ser tolerable, no se libraría de ser objeto de sus bromas, ni siquiera sus mejores amigos en Drumstrang se habían librado.

Asintió al escucharla, desviando la mirada al lago. -Al menos tienes a tu amiga acá..-masculló.-Rowle es tu amiga, ¿no?-preguntó arrugando su entrecejo y alzando la mirada hacia ella, recordaba haberla visto con ella en un par de ocasiones, no sabía que tan estrecha era su amistad, se encogió en hombros girándose de nuevo hacia el lago, si tan solo Tobias y Adolph estuvieran ahí... no habría Hufflepuff sin nariz rota en Hogwarts pensó con cierta diversión, aunque debía admitir que aunque pasaba con ellos casi todos sus ratos libres, tampoco es como si fueran grandes amigos, después de todo, ni siquiera sabía de ellos desde la guerra. Quizás estuvieran muertos... gruñó por lo bajo tratando de alejar esos pensamientos de su cabeza-Dicen que me perdí toda la diversión en Drumstrang...-comentó con ironía refiriéndose al ataque que dejo el colegio en ruinas.-Dragones por doquier...-comentó distraídamente, tratando de imaginar lo ocurrido.

La observó detenidamente evaluando sus facciones, pero terminó girándose hacia al lago mientras un largo y cansino suspiro escapaba de su boca, sintiendo que el aburrimiento que Hogwarts le producía empezaba a esparcirse por su ser. Hogwarts era aburrido, casi prefería a Drumstrang con dragones que a ese colegio tan burdo, se giró solamente al escuchar el tono de la castaña, enarcó una ceja, repentinamente curioso ante su reacción y su pregunta tan directa, hizo aparecer en su rostro una sonrisa ladeada, aunque por dentro sentía su corazón latir con tal ímpetu que le causó cierto malestar, inconscientemente se rascó el pecho mientras una mueca de hastío se adivinaba en sus facciones.

La sola idea de confesar donde había estado él cuando ocurrió en el ataque a su antiguo colegio era absurda. No confiaba en nadie, mucho menos en Vibeke "Perfección" Báthory, para comentar esa parte de su vida que lamentaba sumamente y de la que se avergonzaba. Se vio muy tentado a contestarle de forma grosera, finalmente sus ojos terminaron brillando burlonamente mientras trababa su mirada en la de ella ante la repentina idea que surcó en su mente.-¡Viajaba por el mundo, disfrutando de la vida y de los placeres!-soltó finalmente, una ronca e irónica risa salió de su boca, pasó una mano por su cabello tomándose su tiempo para contestar.-Ah... todo eso lo hacía mientras enterraban a mi padre... -agregó sin poder contenerse, su rostro permaneció impasible, y la sonrisa de su rostro nunca se burló.-Toda una fiesta... -murmuró distraídamente, aunque sus ojos seguía fijos en la castaña, lo cierto es que su mirada se había perdido en los recuerdos.-¡Qué indiscreta, Liten! ¿Cómo se te ocurre recordarle a alguien la muerte de su padre con tan poco tacto?-terminó picándole, sus ojos brillaron de nuevo burlones, se había llevado la mano al pecho para impregnar dramatismo a su comentario.

¡Qué fácil era incomodar a las personas! No entendía del todo como las personas con simples comentarios podrían llegar a incomodarse de una manera tan notoria, parecía que Báthory era una persona bastante transparente,y eso le divertía, aunque podría apostar su mano derecha que ella no le divertía la situación tanto como a él, justo en ese momento: ¡El rostro de Báthory era un poema! La mirada que le dirigió, con una seriedad propia de una adulta casi le hizo reír, sin embargo su rostro permaneció impasible mientras observaba las reacciones de la castaña, tuvo que morderse la lengua para no burlarse, sin embargo una lenta sonrisa se dibujó en su rostro cuando la vio finalmente bajar la cabeza claramente apenada, permaneció en silencio lo más que pudo, y fue entonces que ella se disculpó, la mirada del noruego brilló momentáneamente, incrédulo ante lo escuchaba y terminó riendo entre dientes, su propia risa le sonó extraña, parecía una mezcla de burla y amargura, una amargura tan poco característica en él, que le incomodó, cortó su risa de golpe y clavó su mirada en el lago de nuevo, era un lugar seguro para observar mientras se reponía del mar de emociones tan odiosas que le inundaron.

-La muerte es algo natural, Liten..-soltó finalmente, su tono sonó neutral, después de todo eso pensaba, era algo totalmente natural, y todos acabarían tres metros bajo tierra, lo que no era natural era la adicción de su padre a las apuestas. A veces pensaba que hubiera sido mejor que su padre muriera muchos años antes de que se acabara su pequeña fortuna y los dejara en la miseria, posó su mirada en la castaña, sus ojos azules brillaban de nuevo con un dejo burlón.-¡Oh, espera! ¿Te disculpabas por tu sensibilidad de troll?-preguntó con burla.-En ese caso te disculpo...-agregó sonriendo.-No me regresara a mi honorable padre... pero de algo servirá para calmar mi angustia...-ironizó.

Una perfecta ceja se enarcó ante su fría respuesta, le sorprendió una respuesta tan seca y fría viniera de alguien como Vibeke, pero lejos de enfadarle u ofenderle terminó haciéndole reír con ganas, agitó la cabeza aún mirándola con incredibilidad, parecía que la paciencia y compostura de la castaña no era infinita, y le agradaba el hecho de poder fastidiarla y quebrar su imagen de perfecta niñata. -No, claro que tú no lo mataste.. pero no podrías decir algo de mis sentimientos, los cuales acabas de pulverizar...-dijo con dramatismo, tratando de que en su rostro se reflejara un dolor que estaba muy lejos de sentir, sin embargo el siguiente comentario de Báthery mandó al caño su interpretación de hombre herido por que terminó soltando una carcajada.-¡Oh, claro que querías, Liten!-la acusó divertido.

Su mirada recorrió el perfil de la noruega sin molestarse en ocultar su creciente diversión, ¿Por qué nunca se acercó a ella en Drumstrang? Era bastante divertido observar el conflicto interno que creaba en ella, se acercó a ella con cautela, sin borrar esa sonrisa maliciosa que solía embozar siempre que algo realmente macabro cruzaba por su cabeza, sus manos descansaban en sus bolsillos, se quedó al lado de ella, cuidando no tocarla.-Es más creo que deberías hacerlo...-murmuró girándose hacia Báthory.-¿Nunca has insultado a alguien sin disculparte al segundo de haberlo hecho?-preguntó curioso, para luego reír entre dientes por la absurda pregunta que le había hecho a la castaña, negó con la cabeza dirigiendo su mirada de nuevo al lago.-¡Olvídalo! Pregunta capciosa... es obvio que nunca has soltado un insulto...-murmuró burlón.-¡No sabes lo que te pierdes!

¡Por Merlín! ¡Vibeke Báthory era demasiado expresiva para su propio bien! Sobretodo si él se encontraba cerca para burlarse por ello, sonrió con suficiencia cuando ella evitó su mirada en un principio, le complacía pensar que quizá le incomodara demasiado como para dejarla sin respuesta, sin embargo el hecho de que ella volviera su mirada hacia él ante su pulla le hizo enarcar una ceja, parecía ser que había tocado una fibra sensible en ella.-¿Enserio?-preguntó, la incredibilidad en su voz era innegable. -¡Decirle a tu amigo imaginario que es un maldito por no responderte cuando debe no es un insulto, eh!-se burló, su mirada se fijó en ella, arrugó ligeramente el entrecejo al no poder interpretar la expresión en la castaña, la idea de que Vibeke finalmente lo estaba ignorando le molestó de cierta manera, sin embargo pronto vio como ella abría la boca evidenciando su sorpresa antes de girarse para mirarlo con algo cercano al... No supo identificar del todo la mirada de Báthory pero podría jurar que no era algo agradable lo que dejaba entrever.

Y fue entonces que ella hizo lo que nunca creyó posible: lo insultó. Por primera vez su rostro reflejó su sorpresa, e inclusive su boca se abrió ligeramente, para su suerte ella se había girado de manera que no pudo apreciar su reacción.-Tres... dos... uno... -comenzó a contar lentamente caminando detrás de ella, como esperando que ella soltara una disculpa que nunca llegó, por lo que finalmente soltó a reír estrepitosamente. -¡Por Merlín! ¡Vibeke Báthory me ha insultado y no se ha disculpado!-ironizó entre risas; cuando pudo calmarse, agitó la cabeza  y se colocó frente a ella, suspiró profundamente, la tomó lentamente de los hombros, sus facciones denotaban una seriedad surrealista en él. -Enserio.. creí que tendrías mejores modales..-alegó haciendo una mueca, que pronto se convirtió en una sonrisa que denotaba cierta satisfacción.-¡Al menos ahora sé que no eres caso perdido! Un verdadero alivio...-comentó sonriendo y soltándola finalmente.-¿Tienes hambre?-preguntó guardando las manos en sus bolsillos y mirándola sin desdibujar la sonrisa en su rostro, que había dejado de ser burlona.

¡Por las barbas de Merlín y la Maldad de Morgana! ¡Vibeke Báthory se había deschavetado! De hecho todo lo que pasó le resultó sumamente divertido, incluso hubiera soltado a reír a carcajadas de no ser porque se encontraba pasmado ante la reacción de la castaña. Primero lo miró con una frialdad que en ella resultaba desconcertante; la vio cerrar los puños con fuerza, su mirada brilló pensando que quizás era recomendable alejarse de ella por mera precaución; sin embargo no se alejó, una parte de él, quizá la más estúpida, le incitaba a continuar, sin importarle las consecuencias, probarla, saber hasta donde era capaz de alterar a la Perfección Báthory

Podría jurar, que su propia boca se abrió ligeramente ante la.. ¿fue una amenaza? Eso le parecía cuando la castaña le dijo que no volviera a tocarla, ¡Por Merlín! ¿Qué manía tenía esa tipa con el contacto? ¡A penas la tomó de los hombros!  Su mente fue incapaz de seguir sus cavilaciones, porque de pronto ella comenzó alejarse de él. La miró ceñudo por un fracción de segundos, tratando de asimilar todo lo que acababa de ocurrir, recordaba haber molestado de peor manera a otras personas y nunca lo habían tomado tan mal. Se encogió en hombros y echó a correr detrás de ella, no se detuvo hasta que se colocó a su lado, la observó de reojo mientras una sonrisa divertida se instalaba en su rostro, ¿podría seguir molestándola? Quizá luego, cuando no tuviera esa mirada endemoniada, río entre dientes ante el curso de sus pensamientos y terminó agitando su cabeza. Logró mantener su mandíbula firmemente cerrada mientras caminaban hasta el Gran Comedor, decidiendo darle una tregua a la noruega por el momento, así que sin mediar palabra alguna se sentaron en una de las mesas del Comedor y comieron en silencio, aunque Halsten tendía a enviarle miradas burlonas constantemente.

Fin del Rol