Here I am: signed, sealed, delivered. | Dominique |

Había buscado a Rose por todos los sitios posibles, pero no conseguía dar con ella. Era un ir y venir por un pasillo y por otro, de una torre a otra, perdiéndome por momentos debido a mi desconocimiento de la estructura del castillo, teniendo que pedir indicaciones y sin encontrar a ninguno de mis primos que pudiese ayudarme a salir de este laberinto. Sin embargo, cada vez que preguntaba por mi prima, alguien parecía saber donde se encontraba, pero para cuando lograba dar con el sitio indicado siempre recibía la misma respuesta. ¿Cuántos lugares podía visitar Rose en un sólo día? Seguí caminando, casi a punto de darme por vencida, no tenía intención de dar un paso más, quizá incluso debería plantearme abandonar toda esperanza y aguardar que ella llegase a mí. Pero no. Tenía que verla.

Había estado caminando sin rumbo y en cuanto alcé la vista, no reconocía nada de mi entorno - Me he vuelto a perdeg - susurré, atrapando mi labio inferior entre mis dientes, evitando comenzar a experimentar esa frustración que me inundaba el confundir cada corredor con otro. Para mi sorpresa, llegué a otras escaleras, quise regresar pero la curiosidad me venció, además de que escuchaba algunos sonidos en aquella dirección. ¿A dónde me llevarían esas escaleras? Subí el primer peldaño lentamente, aumentando el paso a una velocidad normal al cabo de tres, el olor prácticamente me avisaba donde estaba. La lechucería.

Arrugué la nariz, mirando la multitud que se dio lugar en el sitio. No lo entendía, ¿por qué habría tantas personas soportando el olor de los desechos producidos por las lechuzas? Acomodé el cuello de mi blusa e intenté dar media vuelta, decepcionada por el lamentable descubrimiento, cuando mis ojos se toparon con la silueta de mi pelirroja favorita. Era ella, no tenía duda alguna. Una amplía sonrisa se vio dibujada en mi rostro - ¡Rose! - llamé, haciendo un saludo con la mano para que se acercase, puesto que mi nariz no me dejaba dar un paso más. Al fin, después de toda mi travesía, logré dar con mi escurridiza prima - Estuve buscándote pog todos lados - reclamé, creando un leve puchero en mis facciones.

- Últimamente me estoy volviendo muy escurridiza...no me lo tengas en cuenta- comentó bromeando con una sonrisa divertida en cuanto escuchó la voz de la rubia tras ella. Se giró sobre sí misma para ver a su querida prima, y así encararla para aproximarse a ella al ver que el olor de la lechucería continuaba siendo algo que la rubia no soportaba demasiado, y darle así un abrazo agradecida en parte, por lo que era el destino que siempre deparaba sorpresas, como que su prima también la estuviese buscando a ella.
-Pero en realidad -comenzó a decir mientras se separaba de ella tras unos breves segundos- lo mismo podría decirte, que no te dejas ver tú tampoco demasiado, rubia.

Evidentemente estaba de broma, pero en el fondo algo de realidad había. Por X o por Y -habitualmente por sus estudios- apenas se veían y aunque a Rose le entristeciese, no lo hacía de forma consciente ni queriendo ya que sus estudios para ella eran lo primero aunque tuviese que arriesgar su vida social...o eso decía, otra cosa muy distinta era llevar aquello a la práctica, que ella misma dudaba que fuese así.

La pelirroja, dio un paso a un lado para dejar libre la entrada a la lechucería mientras hacía una pequeña mueca reparando entonces en el olor en el que ni se había fijado instantes antes al estar tan centrada en una tarea que ahora ni tenía sentido llevar a cabo. - Pero cuéntame cómo es que has llegado aquí, que no pensaba yo ver esta escena de Dominique contra el olor de las lechuzas tan a menudo. -se burló, guiñándole un ojo con su habitual complicidad.

La visión de su pelirroja prima le aliviaba mucho, tenerla a su lado en persona era muy diferente al contacto que habían tenido durante estos años, demasiado diferente escuchar su voz a sólo imaginarla con el pasar de las líneas en un pergamino. La rubia sonrió ante las palabras de la chica y asintió ligeramente - Claro, ya lo he notado. - musitó con un ligero tono irónico, a la vez que sus ojos se encontraban con los de Rose, sintiendo su abrazo tan sólo unos segundos después - ¿Moi? - preguntó con un leve acento francés y se separó conforme ella lo hacía - Tal vez no es que me esconda, es que no he cesado de perderme entre los pasillos, ¿sabes?  - admitió algo apenada, pero con ella no sentía mal decirlo.

Era increíble ver como habían cambiado ambas, ya no eran unas niñas y, aunque visitaba a su prima en vacaciones, no era lo mismo que asistir al mismo colegio, a pesar de que pareciese lo mismo dadas sis "apretadas" agendas. A veces le resultaba bastante increíble y poco conveniente que no coincidiesen en demasiadas clases. Había sido una suerte encontrarla, realmente ya se había dado por vencida en verla ese día. Cuando ella hizo tal comentario no pudo más que soltar una ligera risa, seguida de colocar los ojos en blanco debido a la irónica situación - Ha sido un golpe del destino, teníamos que encontrarnos hoy - dijo, con cierto sarcasmo, pero denotando lo feliz que estaba de poder hablar con ella - Pero... ¿no sanitisan este sitio? El olor es hoggoroso - susurró, colocando un gesto de completo desagrado. Definitivamente no le gustaba estar rodeada de animales. Se había vuelto muy quisquillosa en la France.

Por mucho que intentase negarlo, a Dominique le gustaba poder ver a su familia. Pese a las diferencias que pudo llegar a tener, o que aún tenía, con algunos de ellos, regresar a Londres había sido el mejor de los males. Y es que, después de presenciar semejante escena en su antigua academia, llegó a desear nunca haber decidido salir del país. Soltó un ligero suspiro y, alzando una ceja, miró a su Rosie - ¿Tienes tiempo ahora? Porque aunque no lo tengas vas a pasar el resto del día conmigo - le advirtió, sonriendo abiertamente como pocas veces lo hacía. La semi-veela quería hablarle de muchas cosas, como el incidente del Gran Comedor durante la pelea, aquel que involucraba a uno de los gemelos rubios con los que solían jugar cuando niñas. También necesitaba su opinión sobre la serpiente de ojos azules que comenzaba a rondarla, necesitaba ese punto de vista femenino y.. además, esperaba obtener un poco de información sobre lo que Albus le había comentado, acerca de la extraña relación que llevaba con el heredero de los Malfoy. Sí, aquellos resultaban temas triviales, pero resultaban útiles cuando se quería continuar como si nada hubiese pasado.

¿Para qué iba a negar nada? Era evidente que disfrutaba con la presencia de la rubia, fuese por los recuerdos que le traía o porque parecía que ambas se complementaban con facilidad...fuese por lo que fuese, se alegraba de haberla encontrado en una escuela que cuándo intentabas encontrar a alguien, se hacía aún más grande. Qué curiosas eran las cosas, ya que cuando no querías encontrarte con nadie por más que te empeñases siempre terminaba por aparecer alguien que en la mayoría de los casos, no era plato de buen gusto.
Siempre había sabido que Dominique, sólo a veces, podía llegar a ser bastante despistada pero lo de perderse por los pasillos de la escuela le sonaba a chino.- ¿Dominique Weasley perdida por los pasillos de Hogwarts? No me lo puedo creer...se me ha venido abajo un mito.- Comentó a modo de broma, queriendo inconscientemente animar esa cara de pena que se le había puesto a su mejor amiga.

- Pues por una vez, le estoy agradecida al destino. -dijo en un murmullo con una de sus sonrisas infranqueables consciente de que se estaba volviendo con el paso del tiempo, una auténtica sentimental. "Rose Weasley...qué ha sido de ti", se decía a sí misma en cuánto se encontraba a solas con este tipo de pensamientos. - Digamos que se encargan de hacer eso en otros lugares, aquí es misión imposible...dudo que este olor vaya a irse nunca de aquí.- Un tono entrañable se había apoderado de sus palabras, porque por muy desagradable que fuese el olor que allí había era el que lo caracterizaba y en parte, Rose siempre había sentido un cierto apego por este tipo de cosas.

-Vale, vale...¡no dispares! Prometo portarme bien y sufrir el tiempo que me quieras junto a ti.- Exclamó elevando sus manos a modo de rendición, para después emitir una risilla cómplice. Estaba de muy buen humor desde luego por la presencia de su prima, y le resultaba demasiado fácil y cómodo hacer bromas junto a ella porque simplemente, era lo natural para ella.- Además, tenemos mucho de lo que hablar para ponernos al día. Me apuesto algo a que ya tienes un par de temas estrella y preguntas en el tintero preparadas para mí.
Conocía a la perfección la tendencia de Dominique por indagar en su vida y ya estaba con la cuenta atrás para ver cuánto tiempo tardaría en salir Scorpius en la conversación...porque simplemente, parecía que era el tema estrella hablase con quién hablase. Desde luego, en esta ocasión no pensaba quedarse en silencio y ella no sería la que recibiese solamente las preguntas, si no que ella también quería saber de la vida sentimental de Dominique...que desde luego siempre había sido bastante más interesante que la suya.

U: Perdón por la demora, por fin he terminado todo lo que me ocupaba y antes me ha sido imposible <3

Quizá era la confianza que nos teníamos, tal vez era que Rose conocía todas mis facetas y yo las suyas, tal vez todo eso era lo que lograba que no me incomodase por su ligera burla. Había intentado orientarme para que no sucediese esto de vuelta, había estudiado un mapa que se encontraba dentro de un libro llamado "Historia de Hogwarts", pero quizá durante la reconstrucción lo habían modificado o quizá sólo se debía a que una de las pocas cosas en las que resultaba una completa inútil era leer mapas... ¿quién podría asegurarlo? Puse los ojos en blanco y, enarcando una ceja, dirigí una mirada incrédula a mi pelirroja favorita - Quiero verte intentar pasear por Beauxbatons sin perderte, seguro que no lo dominas en un día -repliqué, pero justo cuando solté una ligera risa, una opresión en mi pecho se hizo presente. La que había sido mi Academia estaba en ruinas, poco quedaba de ella y pasaría un tiempo antes de que alguien pudiese volver a recorrer sus pasillos. Qué fácil era en ocasiones olvidar las circunstancias.

Sacudí la cabeza levemente, debía apartar aquello y distraerme, no era momento de sentimentalismos que no ayudaban en nada. Si de algo podía estar segura era que, al estar con Rose, lograría enfocar su mente en otro sitio - Ya lo creo, encontrarse conmigo por casualidad es una gran hazaña, muchos querrían hacerlo - bromeé poniendo en evidencia un amor propio que era bien conocido por toda mi familia, lo decía a modo de chiste, pero era verdad que muchos desearía correr con la misma suerte que Rosie poseía en este instante - Un segundo, ¿no habrás bebido Felix felicis por la mañana con el jugo de calabaza, cierto? - añadí, tan sólo por molestarle un poco y lograr que intentase bajar mi narcisismo exagerado. El ambiente no ayudaba demasiado, pero si aquí había llegado, quizá se debía a que el destino así lo habría querido. Así es, Dominique Weasley era una secreta fanática de la Adivinación, pero nadie lo sabía - Una lástima, tiene una vista agradable - musité con un ligero dejo sarcástico, dándome vuelta para clavar mi vista en el horizonte que podía observarse desde aquella altura, por donde era visible gran parte de los terrenos de Hogwarts. El sarcasmo sólo había sido para continuar el juego de mi prima, pues era por lejos una de las visiones más claras que había tenido de mi actual resguardo.

Advirtiéndole que pasaría el resto del día conmigo, obtuve una reacción similar a la que esperaba. No pasó nunca por mi mente que se rehusaría, pero sí que armaría un ligero drama por la forma imperante de mi "petición" - Me gusta la parte de hablar y ponernos al día - aseveré, con un ligero brillo malicioso en mi mirada que esperaba hubiese notado, de lo contrario el efecto de mi frase no sería el deseado - y creo que sufrirás un poco por ello, pero tenerme cerca siempre es un placer, puede que lo oculte - volví a comentar con altivez, sonriéndole con más alegría de la que cualquier persona hubiese visto en mí o siquiera sospechado que tenía dentro. Pasé una mano por mi cabello y paseé mis ojos por su rostro durante un momento, con el fin de mantener el suspenso - Preguntas preparadas no tengo, pero creo que sabes alrededor de qué, o mejor dicho, de quién, girará la conversación, ¿verdad? - solté una ligera risa al terminar la frase y le miré con gesto divertido. Quizá no era el lugar ideal para una plática de chicas, probablemente era el peor sitio para tratar temas como los que seguramente saldrían a la conversación tras comenzarla formalmente, pero al menos estaba lo bastante alejado de los demás como para ser molestadas o interrumpidas a la mitad - Rose, ¿cómo va tu relación con Scorpius? ¿Sigue siendo muy malo contigo? - pregunté finalmente, dando por iniciada la inquisición que tenía preparada desde días atrás. No esperaba salir bien librada, pues estaba consciente de que al final terminaríamos hablando de algo similar enfocado en mí.